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ESTRICALLA O CAPITAL
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Existen, ya lo creo que existe, un infinito número de subvenciones y de asociaciones para proteger y fomentar los más extraños, inauditos y fantásticos proyectos. Pero no existe, ya lo creo que no existe, ni una sola asociación para mantener limpia y decente nuestra ciudad. Todo, en realidad son juegos de artificio y entretenimientos de una sociedad "burguesa" que quiere descargar su conciencia. Guerras lejanas, tercer mundo, ecologismo, género y otras peculiaridades son buena escusa para pulir su mente del contagio capitalista. Porque, después de la tertulia sobre los desarrapados de la tierra y los mantras sobre el capitalismo, pagan el café con el móvil o la tarjeta bancaria. Quién ha salido ganado de todo esto... ¡el banco! Ese enemigo feroz al que acudimos cuando tenemos un problema, pero que luego denostamos en sociedad. Hoy, sin ir más lejos, en la puerta de Sindicatos (edificio heredado de los sindicatos verticales) un mujer a altavoz tendido y sin audiencia externa (solo trece de los suyos) decía mil maldades asociando machistas y extrema derecha. Un discurso de clase, pero de poco estudio y conocimiento. Porque, si le quitas la escalera a la vocera, se queda colgada de la brocha. En España aumenta la violencia de todo tipo no por culpa de la extrema derecha, sino entre los inmigrantes. La extrema derecha lo que hace es recoger los beneficios de la falta de política migratoria. Acaba de salir el CIS catalán y crece la extrema derecha catalana. Qué pide la gente, ¡ seguridad! Dónde ve el peligro. En la falta de control de la inmigración. Ponerse la venda delante de los ojos no resuelve nada. Pero, hay un empeño en el actual gobierno en no cambiar las cosas. Y, así nos va.
De tal manera están las cosas con un gobierno agónico y que no tiene capacidad legislativa, que se acumulan los problemas y se tensiona y radicaliza la sociedad. Problemas de orden cotidiano, como la seguridad y la estabilidad de la población en un sistema eficaz, problemas raciales y, problemas de seguridad en la mujer. Hoy está de moda Friedrich Engels y su famosa dialéctica. A muchos beneficia Engels, aunque no hayan leído de él, ni una sola línea.
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