TOMADO DE:
PÁGINAS DE HERÁLDICA
La razón de la existencia del dragón sobre las armas del rey de Aragón procede de tiempos del rey Pedro IV. El motivo se deriva del hecho de la voluntad del rey de establecer una cimera, copiando los modelos de la considerada área clásica de la heráldica europea, que comenzaba con virulencia a adornar las composiciones armeras con diferentes motivos sobre los yelmos. También se ha especulado, en este sentido, con el complejo que padecía el rey por su corta estatura y la poca relevancia que mostraba en las numerosas ceremonias palaciegas a las que era muy dado (de ahí, el sobrenombre, de El Ceremonioso). Desde su palacio real de Barcelona, Pedro IV, rey de Aragón, rey d´Aragó, en la lengua que se hablaba en su entorno barcelonés, el catalán, reparó en la homofonía, en el idéntico sonido, del nombre del territorio sobre el que ejercía su soberanía, rey d´Aragó y la palabra que en catalán designa al dragón: Dragó. Desde entonces las armas de los reyes aragoneses se timbran con la cimera del dragón que, por ser sus alas copias de aquellas de los murciélagos, ha venido incluso a convertirse en tal animal en armas tan conocidas como las de las ciudades de Valencia o Teruel. Se añaden las armas de este rey, que sirven hoy como señal de la Comunidad Valenciana.