Por la autovía Mudéjar viajamos cómodamente hasta Huesca. Desde este punto rodamos hacia Barbastro dejando a nuestra izquierda el castillo de Montearagón construido (como románico) entre los siglos XI y XII. Se sitúa en el municipio de Quicena. Hasta mediados del siglo XIX estuvo aquí enterrado Alfonso I el Batallador, cuarto rey de Aragón. En la actualidad sus restos se encuentran en Huesca capital.
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Rodeamos luego el Santuario de El Pueyo sobre Barbastro que cuida el "Instituto del Verbo Encarnado," para después, continuar viaje hacia Graus.
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En este lugar nació Joaquín Costa, también conocido, como el León de Graus. Pasamos por la imponente construcción de la Virgen de la Peña, obra del siglo XVI pero que conserva restos del siglo XII.
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Paramos a comer en Roda. Ubieto localiza este topónimo en el año 957 con las variantes de Rota y Rotensis. De Roda hablaremos en el próximo capítulo más de su arquitectura que de su gastronomía.
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Siente Boí, final del trayecto de ida, se encuentra en el Llano de la Ermita y su nombre responde a la orografía y a la existencia de una espectacular ermita románica que veremos a continuación en tres fotografías.
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La ermita es una construcción románica a dos aguas y ábside circular. Se han hecho algunas modificaciones en su estructura que en nada agradan al visitante. Aunque el lugar sea de lo más bucólico.
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