VAMOS HACIA UNA ÉPOCA DE CLIMA CÁLIDO
En términos geo-históricos acabamos de salir de la llamada Pequeña
Era Glacial. Un periodo que, con fluctuaciones, abarca desde el año 1550 hasta el año 1850. La
toma sistemática de datos relacionados con el clima es muy reciente (no llega a
200 años) y, popularmente, la preocupación por el clima, en Aragón, tiene como
dato significativo la publicación del Calendario Zaragozano de Mariano Castillo
que comienza en 1840 y todavía sigue…
Por lo que sabemos caminamos hacia una época
climatológicamente cálida. Esto es normal si nos atenemos a dos conceptos.
Primero, el clima a nivel planetario cambia constantemente y segundo, si
salimos de una pequeña era glacial es normal que caminemos hacia una era más cálida. La experiencia
histórica nos dice que la era glaciar produce malas cosechas, hambre y
alteraciones sociales. Por el contrario los periodos cálidos dan un aumento de
cosecha (pero no siempre se mejora en otros aspectos).
¿Cómo adaptarnos al clima? Si nos fijamos en África las
migraciones de los animales se producen
en la dirección de las lluvias (millones de ñus y cebras). En España, la
trashumancia, tiene un sentido semejante, buscando el buen clima o clima cálido
(Albarracín a Andalucía y el Maestrazgo a Valencia). Otra cuestión es la
agricultura, que es inamovible. Por esta razón el hombre se preocupa de llevar
el agua a donde está la planta (azudes, acequias, canales, pantanos, etc.)
Nota: el agua es un disolvente mineral cuya cantidad global
en el planeta no varía, prácticamente nada.
BAJARSE AL REINO
Desde la fundación de Teruel por Alfonso II de Aragón esta ha
sido una frase recurrente en nuestra tierra: “bajarse al reino”. Tan reino era
Aragón como Valencia, sin embargo, quería señalarse que en Valencia la
vida era más amable por causa del mejor clima. En Teruel el ciclo vegetativo va de
mayo a septiembre y, sin embargo, en la costa levantina apenas hay parada
invernal en las plantas. Rápidamente se saca la conclusión que con agua y calor
las plantas se desarrollan mejor y más rápidamente. Como en todos los asuntos
los excesos por ambas partes son peligrosos y dañinos.
Hoy por esta razón última, hay una tendencia a creer que, si el
clima se estabiliza, nuestra vida en el planeta mejoraría mucho. En primer
lugar por razones obvias el clima debe seguir cambiando y, en segundo lugar, si
el hombre controlara el clima sería ésta, el arma más poderosa jamás
conseguida, arma que nos conduciría al desastre inevitablemente.
¿Debemos cuidar el planeta? Por supuesto, soy ferviente defensor.
Pero, también debemos respetarlo, conocer sus ciclos, sus oscilaciones,
prevenir las catástrofes, etc. Si ahora se produjera la famosa “RIADA DE
VALENCIA” es seguro que las afecciones serían mínimas. Por las obras de drenaje
que se han hecho y por la prevención gracias a la observación puntual del
tiempo. Hoy cada ciudadano tiene en su móvil el tiempo que va a hacer en cada
instante.
Ni estamos con los radicales del cambio climático ni con los negacionistas. Sabemos que el clima ha cambiado en la tierra desde su origen (incuestionable) pero debemos entender que cuando agredimos a la tierra nos agredimos a nosotros mismos. La primera revolución industrial (Inglaterra fue la fábrica del mundo) no afectó al clima. En la actualidad el mayor impacto, fruto de la industrialización, está en China e India. España con 47 millones de habitantes en un planeta que tiene 9.000 millones poco pueden hacer, aparte de tomar conciencia de quiénes somos, donde estamos y que futuro queremos.