LA BANDA DE MÚSICA DE ENCINACORBA
CUMPLIRÁ EN EL 2030 150 AÑOS DE FUNCIONAMIENTO ININTERRUMPIDO
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Estábamos, hace unos días, en la puerta de tanatorio comarcal
de Cariñena un grupo de encinacorberos charrando de muchos y variados asuntos
(había fallecido una señora con más de 90 años). Uno de los contertulios se
mostró muy vehemente contra “los curas” y, además, hacía apología de sus tesis
anticlericales. Es cierto que la Iglesia Católica constituyó en España un “señorío”
todopoderoso, no solamente en el orden económico sino que, también, en el del
pensamiento teológico. Sin embargo, hay ocasiones en las que es bueno analizar
los pormenores de lo que sucedió en el pasado y, este análisis, difícilmente lo
puede hacer la inteligencia artificial al trabajar con algoritmos y no (de
momento) con sentimientos y pasiones humanas.
Por lo que respecta a Encinacorba las cosas pasaron así (o
casi), nunca hay que hacerse dueños de la verdad, pues la verdad casi siempre
es cuestionable y más si es “nuestra verdad”.
Todo comenzó tras la reconquista. Encinacorba fue entregada a
la Orden de Temple y posteriormente a la de San Juan de Jerusalén.
Paralelamente a esta entrega y por la necesidad que tenían los “frailes/soldados”
de labriegos que llevaran los ganados y la agricultura, se concedió a los
pobladores el Fuero de Zaragoza.
Los “frailes se quedaron con el castillo, la iglesia (en el
interior del castillo), el diezmo /primicias, aranceles y ocasionalmente
herencias. Además de todo lo que competía a la función religiosa se quedaron
con los pastos (La Pardina, pastos de verano) y con los bosques (La Prisca
bosque de Encinas), también era de su propiedad el molino harinero situado en
el río Huerva, el Horno de pan y la fragua (luciar las rejas y herrar los
machos). De tal manera que todas las rentas que obtenían les permitían tener un
“capitulo eclesiástico” bastante bien dotado (con hasta 19 frailes). Sus
obligaciones pasaban por controlar el puerto del Alto de San Martín y si acaso,
mandar expedicionarios a Creta, Rodas o Malta con el fin de luchar contra “el moro”.
Así trascurrieron muchos siglos (del XII al XIX) sin más preocupaciones
que ver como pasaba el tiempo y esperando la llegada el Reino de Dios… (Que
todavía no ha llegado). Hay un monolito en el abrevadero de la fuente en el que
se señala que en el año 1616 se eligieron dos jurados, seguramente para tratar
de los litigios producidos entre ellos y, también, con los frailes (los jurados
son Miguel Romero y Miguel Ruan).
Pero el siglo XIX fue muy convulso y los gobiernos de la
monarquía española necesitaban dinero a espuertas. En esta tesitura se
produjeron varias desamortizaciones la más extensa fue a los municipios y la
más publicitada a la Iglesia. ¿Cómo afectó esta desamortización a Encinacorba? Básicamente
se les quitaron los bienes a los Sanjuanistas y se vendieron al mejor postor.
El fenómeno que se produjo fue un empobrecimiento de las
clases populares (rentas agropecuarias) por el siguiente motivo: Los habitantes
de la villa tenían por derecho de costumbre arrendadas tierras, pastos, bosques,
molino, horno y herrería a los frailes. Ahora, los bienes de la Iglesia
(frailes) pasaron a manos de particulares que los explotaban por si mismos con
la consiguiente pérdida de renta para la población. La desamortización castigó
a las clases populares, sobremanera.
De esta manera la segunda parte del siglo XIX fue muy penosa
para la población teniendo en cuenta que a esta merma en la renta se añadió el
boom demográfico. Casi todas las casas de Encinacorba están divididas, tanto
las habitaciones, como trujales, las bodegas, etc. Así que, en torno a los años
80 del siglo XIX muchos encinacorberos tenían que emigrar ¿o? ¿O qué? Pues aquí
aparece un fenómeno que tuvo un éxito extraordinario y que ha perdurado hasta
nuestros días. Se trata de la Banda de Música de Encinacorba que en el año 2030
cumplirá 150 años de funcionamiento ininterrumpido.
¿Dónde radica el éxito de la Banda de Música de Encinacorba?
Pues en que se planificó como un complemento de la renta agropecuaria. Se ha
dicho; “EN ENCINACORBA, EN CADA CASA UN MÚSICO”. Es decir, para quela banda
tuviera su función social garantizada, cada casa debía aportar un músico y de
esa forma la banda no era un órgano extraño al cuerpo social. Era, y es, el
mismo cuerpo social del municipio.
Muchas veces se señala que las crisis crean nuevas oportunidades
y es que, las crisis, nos hacen salir de la rutina y buscar nuevos yacimientos
de empleo y de recurso para la supervivencia de, el/los individuos.
En los últimos dos años hemos publicado una pequeña historia
de la Banda de Música en Cuadernos de Encinacorba y este mismo año un calendario sobre el mismo tema.
Chusé María Cebrián Muñoz