El pequeño monumento conservado en una zona en la que ha desaparecido toda construcción, no ya medieval, sino antigua, es un verdadero milagro. Se trata de una cruz de término o humilladero. También da la impresión que la cruz que corona el monumento es de reciente creación. Las cruces de término están esparcidas por toda España y tenían como función para el viajero, arrodillarse ante ella y dar gracias por haber tenido buen viaje.
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