EL TORO OSCO
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El rito de correr el toro es
ancestral y, en nuestra cultura, se remonta a tiempos en los que se practicaban los
ritos animistas, previos a las religiones dominantes en la actualidad. El rito ha
pervivido hasta nuestros días con inusitada fuerza. En Teruel, es evidente, que
el rito de correr el toro se practicó, incluso antes de la Reconquista. Cuando
se busca el origen de la fiesta de la Vaquilla, es difícil encontrar una fecha,
porque no es una fiesta creada “ex profeso” sino que podemos hablar de una
tradición cuyo origen es legendario. Sin embargo, sí que hay un escrito medieval,
un albarán, en el que se determina la compra de "UN TORO OSCO", para las fiestas
del Ángel Custodio, patrono de la ciudad. Tenemos, pues, aquí, el primer dato
sobre la existencia del TORO BRAVO, ya que la palabra hosco significa: fiero, ceñudo, intratable, áspero, hostil… Este toro HOSCO procedía de las praderas del entorno a la laguna de Villarquemado y Cella (El Cañizar), lugar
apropiado para la cría en libertad de estos animales.
El toro bravo en todas las culturas
tiene una representación icónica muy llamativa, erguido, con la cabeza
levantada y los cuernos en alto da o transmite una expresión de FUERZA Y
VIRILIDAD. Y son estos, dos conceptos que querían incorporar como valores propios los hombres primitivos.
Tal es así que en todas las fiestas de todos los lugares, tras correr el toro,
todo el vecindario se come al animal; es la común-unión, la comunión que
también ha pasado a la moderna religión Católica.
Por todo ello puede decirse que la fiesta de los toros, en cualquiera de
sus modalidades ha impregnado e impregna nuestra cultura, aunque no participes
de ella. Picasso, (comunista) estaba seducido por el toro bravo. ¿Qué más puedes
pedir?
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