Era de esperar. Todo el mundo se "cuelga" de la columna del Torico para llamar la atención de su equipo, de su ONG, de su bandería política o religiosa, de su reivindicación social, de su fiesta, etc., etc. Cierto que todo lo que es material se puede arreglar pero, me imagino la cara de la alcaldesa. Las cosas iban bien, pero, de pronto se torcieron. El populismo, la improvisación, las ganas de destacar... Ahora, busquen ustedes responsables. Desde luego, para los turolenses, esto es una afrenta que hiere sus más profundos sentimientos. Porque, el Torico, es más que un monumento, es el símbolo identitario de toda la provincia de Teruel. Y, aquí, en este caso, hay dos responsabilidades. Una política que corresponde a la alcaldesa. Y otra, técnica, que corresponde al jefe del departamento de arquitectura del Ayuntamiento. Por ello...
¡Queremos dimisiones, ya !
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