EL SINCRETISMO EN CASTIELFABIB
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Tenemos delante este folleto sobre la
“Semana Santa en Castielfabib” y que, por su interés, publicamos en Miscelánea
Turolense. Se trata del programa de actos religiosos, culturales y
tradicionales, que se realizan desde el Domingo de Ramos hasta el lunes de San
Vicente.
De la lectura del folleto se puede
deducir un claro sincretismo (tendencia a conjuntar y armonizar corrientes de
pensamiento o ideas opuestas), pero no entre religiones (sincretismo religioso)
por el contrario, se realiza entre la cultura pagana (precristiana) y la
cristiana.
Tampoco esta tendencia “armonizadora”
nos puede parecer extraña en estas tierras que han sido durante muchos siglos
cruce de caminos y espacio singular entre varios reinos. Que ha compartido diversas
culturas y que a su vez ha sufrido fuertemente el aislamiento como consecuencia
de ser un espacio equidistante de los demás. Resume esta peculiar forma de conformar
una manera de ser la canta que dice:
No somos aragoneses, ni tampoco
castellanos, estamos entre mojones,
pero somos valencianos.
Valencianita del alma, dame de tu
pecho un ramo que aunque no soy de
Valencia, soy del Reino Valenciano.
Tan singular configuración cultural
ha hecho que pervivan "tradiciones" ancestrales mezcladas con las nuevas “modas”
religiosas.
Así, de una forma muy natural, la muerte y resurrección de Jesús corre paralela
a la corta y decoración del Mayo, símbolo fálico por excelencia y acto poco
apropiado para incluirlo en la Semana Santa. Pero, cuando se quiere, se pueden conjugar las
cosas. Y así, el Sábado Santo, se termina de colocar y clavar los dos chopos en
la plaza del pueblo. A renglón seguido y con el toque de las doce campanadas
que anuncian la resurrección de Jesús, comienza la música y el baile. He aquí
pues un alentador ejemplo de convivencia y de conjunción de ideas e intereses.
Pero, si acaso tiene usted suerte y, ese
año que visitan el lugar, se produce el volteo de la Guillermina con un mozo abrazado
a ella, sentirá como la sangre se congela en sus venas. Conserva también, Castielfabib, un nutrido
conjunto de cantos, danzas y productos artesanales de repostería con el que se
agasaja al visitante.
Por todo ello, por el pintoresquismo
de su arquitectura, por la belleza de su paisaje y, sobre todo, por la
afectuosa acogida que recibirá el visitante, no dude en acercarse a
CASTIELFABIB.
Siempre tengo presente la vehemencia con la que
el antiguo párroco mosén Urbano me empondera, todavía, esta población rinconera.
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