(Por enésima vez)
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A pesar de las veces que se ha
explicado, repetido y reiterado que, el origen de la bandera de Aragón nada
tiene que ver con la leyenda de Guifredo el Velloso, todavía hay personas en Aragón (¡el colmo!) que repiten el sonsonete legendario dando más crédito a esta fantasía “copiada”
que a la realidad histórica. Nadie puede imaginar, ni en la leyenda, que el año
en que muere Ludovico Pío ( año 840) pueda otorgar los colores “tintos en sangre” al
escudo de un soldado que es en ese instante un neonato (año 840).
Solía practicar en mis años de docencia un
pequeño juego sin advertir de ello a mis alumnos. Esto era, cometer un error, a propósito, en la
explicación. Ese error era el dato que con mayor firmeza mantenían los alumnos
de todo lo explicado. Sucede aquí, lo mismo. La leyenda, el dato erróneo, tiene
mayor y mejor vigencia que el real. ¡”Cosas veredes…”!
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En el año que muere Ludovico Pío
(840) nace Guifredo el Velloso (840)
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Ludovico Pío/Ludovicus Pius nació en
el año 778 y murió en el 840
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Guifredo del Velloso nace en el año
840 y que muere en el año 897
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LA
LEYENDA DE GUIFREDO EL VELLOSO
(La “Crónica” de Beuter)
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Durante muchos años los catalanes han
dado una explicación, legendaria, para justificar el uso de la bandera de los
reyes de Aragón, de la Casa de Aragón o si se quiere, de la dinastía aragonesa.
La leyenda que más se ha prodigado ha sido la de la “Crónica” de Beuter, que no
es original y que es a su vez copia de otras que circulaban por la época. Hay
en esta leyenda, por un aparte, un conde catalán llamado Guifredo del Velloso
que nace en el año 840 y que muere en el año 897. Por la otra, el hijo y
sucesor de Carlomagno, Luis I el Piadoso, también llamado Ludovico
Pío/Ludovicus Pius que nació en el año 778 y murió en el 840 (Ludovico muere en
el año que nace Guifredo). Solamente con citar estas fechas, contrastadas por todos los historiadores, deja fuera de duda
que la pretendida originalidad catalana de la bandera de Aragón es del todo
falsa, a los ojos de la historia. Sin embargo, cuántos miles y miles de niños
catalanes habrán dibujado a los protagonistas de esta “historia” tras
escucharla, embelesados, de la boca de sus maestros/as. Habrá muchos catalanes
que jurarán ser cierta la leyenda, pues forma parte consustancial de sus
relatos de la infancia y fue aprendida en la escuela, es decir, en un ámbito que hace a las cosas “oficiales”,
dada la autoridad que se le da en ella al maestro o “magíster” (el que es
mayor) que las relata. La leyenda, sin embargo, ya funcionaba con éxito en
relatos castellanos cuando Beuter la copió.
La leyenda:
“… diz que pidió el conde Valeroso
(Guifredo el Velloso) al Emperador Lois (Ludovico Pío) que le diese armas que
pudiesse traer en el escudo, que llevaba dorado sin ninguna divisa, y el
Emperador viendo que había sido en aquella batalla tan valeroso que con muchas
llagas que recibiera, hiziera maravillas en armas, llegóse a él, y mojósele la
mano derecha de la sangre que le salía al Conde, y passó los quatro dedos ansí
ensangrentados encima del escudo dorado de alto abaxo, haziendo quatro rayas de
sangre, y dixo, estas serán vuestras armas, Conde…”
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Resumiendo: un valenciano (Beuter),
copia una leyenda del castellano (Mexía) y se convierte en el símbolo de
Cataluña. Dice la leyenda castellana: "...quando vn cauallero de aquellos
el mas principal saliendo ferido el rrey llego a el et la rrazon que entre
ellos passo no la se, pero el rrey mojada la mano de la sangre pasola por el
escudo del dicho cauallero, et no tiño saluo con los tres dedos, et desta causa
dende entonçes traen aquellas tres faxas bermejas en vn escudo de oro segund que
las oy traen..."
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