LA JOYA DE ADEMUZ
*
La ermita de la Virgen de la Huerta
es en Ademuz, ermita señera, pues no hay otro templo que pueda tener parangón con
él. Es el primero por su origen y por la carga de tradición histórica que le
acompaña, también, por la calidad de las producciones artísticas que para su
culto le han proporcionado sus vecinos a lo largo de los tiempos.
Constantemente renovado en su estructura y en su decoración, en los últimos
tiempos, con la decadencia de España, ha venido a menos. Ahora, está
desprovisto de todo adorno a excepción de las estructuras arquitectónicas y de
los restos de pintura que aún, a duras penas, permanecen tras ser restauradas (María Magdalena). Cuenta
la leyenda que aquí el rey Jaime I depositó la Virgen que llevaba en su
estandarte. Del magnífico retablo Mayor queda en la parroquial la tabla de la
Virgen de la Leche (siglo XV) y nada del retablo de San Juan Bautista del
maestro Perea. Lo mismo sucedió con otros retablos como el del Concepción o el
de San Antonio de Padua.
Con todo, el templo conserva un aura
de misterio, de longeva dignidad y, los vecinos, lo tienen por icono y
representación viva de su historia. Exteriormente, se muestra sobrio y elegante.
Su tono arquitectónico legado sorprendente del periodo del románico, hace de él,
joya incontestable en esta área geográfica.
*
Tres naves
*
Coro alto a los pies.
*
Techumbre tipo mudéjar de par y nudillo. El nudillo limita la nave central como se muestra en el dibujo de abajo de José Esteve Edo.
*
Estructura del templo, dibujo de José Esteve.
*
Pintura mural de María Magdalena.
*
Pintura mural de María Coronada en el testero de la nave central.
*
Virgen de la Leche, siglo XV
*
*
Obra contemporánea.
*
****
**
*
**
*