MEJOR CON VALENCIA
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Entre los años 1808 y 1813 Napoleón
dominó España. Tras la abdicación del monarca Carlos IV y de Fernando VII el
rey felón, Napoleón impuso a España un nuevo rey. Se trataba de su hermano José
I Bonaparte. José I Bonaparte conocido popularmente como “Pepe Botella” intentó
la adhesión de numerosos intelectuales españoles. A su vez, inició el gobierno
peninsular estableciendo una nueva división administrativa. El mapa de España quedó
dividido en prefecturas y subprefecturas. La división se hizo, no atendiendo a criterios
historicistas, por el contrario, primaron los conceptos geográficos y más
concretamente las cuencas hidrográficas.
La cuenca hidrográfica del río Turia
se dividió en dos prefecturas, GUADALAVIAR ALTO con una subprefectura en Aliaga
(aunque Aliaga ya es Guadalope) y por otra parte, a lo que hoy es Valencia, se
le llamó GUADALAVIAR BAJO, con dos subprefecturas: Segorbe y Castellón de la
Plana. De haber triunfado esta división, obviando la historia, nuestra realidad
sería distinta, pues Aragón habría desaparecido y no celebraríamos, por ejemplo
el día de San Jorge.
Pero lo más sustancial que hubiera
sucedido, sin duda alguna, es la aproximación de la prefectura de Teruel a la
de Valencia. Reducida, en este mapa, la provincia de Teruel a la mitad de territorio
y además constituida por el territorio más al sur, la inclinación natural de
los turolenses hubiera producido una unión de facto (si no de iure).
Viene todo esto a cuento del mal trato
que reciben estas tierras y estas gentes turolenses del Gobierno de Zaragoza (mal llamado
de Aragón). Sugería/planteaba un amigo que nuestra pertenencia a Valencia
hubiera sido más provechosa para nuestros
intereses. Aventuraba la necesidad de explorar en la historia si en algún
momento esto se había ya intentado.
La verdad que fue todo lo contrario.
Jaime I, harto de una nobleza feudal levantisca y centrada en sus egoístas intereses,
decidió crear el reino de Valencia separándole del de Aragón. Vinieron después
los Privilegios de la Unión y, esa corriente-feudal que quiere tener a Aragón
prisionero como una pieza de caza cobrada para su propio disfrute, esa corriente ha devenido en el caciquismo actual.
El hecho de privar a Aragón de una
salida al mar ha producido efectos histórica y económicamente hablando muy
negativos. Todavía soñamos con ese mapa de una ARAGONIA que nos daba un respiro
conectando con el mediterráneo.
Así pues, en estos días que celebramos
el día de San Jorge, patrón de Aragón, con una actitud cansina y desmayada. En
unos días en que si nos da por pensar en la despoblación, el ferrocarril o vienen
a nuestras mentes lambanes o guillenes.
Nos da por imaginar un futuro al lado de nuestros vecinos valencianos. Esos que mantienen
la economía de Gúdar-Javalambre, por ejemplo.
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Aragón con salida al mar.
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La España de Napoleón
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