Picasso brinda por Stain: "A TU SALUD"
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LA OPINIÓN PÚBLICA
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Los intelectuales, en nuestro entorno
político y cultural, son los auto-encargados de generar corrientes de OPINIÓN
PÚBLICA. Son como luces o guías capaces de señalar el camino más adecuado para
el mejor desenvolvimiento de nuestra sociedad. Pero, como veremos a
continuación, los “intelectuales”, suelen equivocarse más de lo deseable.
Entonces, qué camino tomar. En una sociedad en la que está garantizada la
libertad, la pluralidad y las ideas circulan con relativa facilidad es, el
propio individuo, quien debe crearse su propio criterio y su propia opinión. Tener
criterio propio o tener opinión propia es fundamental en la sociedad
contemporánea. Una de las herramientas principales es el contraste de ideas,
pero sobre todo “la praxis” la famosa praxis marxista. Una cosa es lo que
sustenta el “papel”, el discurso “mediático” y otra muy diferente la plasmación
práctica de esos supuestos teóricos.
Picasso, Miguel Hernández, Alberti,
Nicolás Guillén y Pablo Neruda recibieron la figura de Stalin con notable alegría
y alborozó. Habían encontrado (¡por fin!) al líder que salvaría a la humanidad,
al proletariado, de su esclavitud histórica. No eran estas personalidades, unos
cualquiera, eran intelectuales de primera fila y algunos coronados después con
el PREMIO NOVEL.
Si ellos fueron capaces de cometer un
error de tamaño bulto, qué decir del resto de los mortales. Por esta razón es
muy posible que nosotros también nos equivoquemos, porque la creación de una
sólida opinión requiere, además de una seria formación, el contraste de
pareceres y la práctica del acierto-error. Corregir es de sabios. Pero, más que
de sabios, debe ser cosa habitual en la formación de la opinión para la mayor
parte de la ciudadanía actual.
Nadie encontrará hoy día, en ninguna
de las antologías de tan grandes escritores, ninguno de estos poemas
laudatorios a Stalin. Se considera que fueron un error. Falta de información. O
tal vez, un apresuramiento indebido. El caso es que la alabanza al que está
considerado como el mayor asesino de la
historia y que murió en la soledad de su despacho, sin auxilio, como un
perro… ha hecho que se borren de sus producciones literarias tales soflamas
laudatorias.
Todos debemos tomar buena nota de lo que
dicen y de lo que hacen los nuevos partidos emergentes no sea que, luego,
tengamos que pasar a la lista de los que OLVIDARON AL ÚLTIMO PARTIDO AL QUE
VOTARON.
Vean lo que decía Miguel Hernández de
Stalin:
Rusia
de
Miguel Hernández
En
trenes poseídos de una pasión errante
por
el carbón y el hierro que los provoca y mueve,
y en
tensos aeroplanos de plumaje tajante
recorro
la nación del trabajo y la nieve.
De
la extensión de Rusia, de sus tiernas ventanas,
sale
una voz profunda de máquinas y manos,
que
indica entre mujeres: Aquí están tus hermanas,
y
prorrumpe entre hombres: Estos son tus hermanos.
Basta
mirar: se cubre de verdad la mirada.
Basta
escuchar: retumba la sangre en las orejas.
De
cada aliento sale la ardiente bocanada
de
tantos corazones unidos por parejas.
Ah,
compañero Stalin: de un pueblo de mendigos
has
hecho un pueblo de hombres que sacuden la frente,
y la
cárcel ahuyentan, y prodigan los trigos,
como
a un inmenso esfuerzo le cabe: inmensamente.
De
unos hombres que apenas a vivir se atrevían
con
la boca amarrada y el sueño esclavizado:
de
unos cuerpos que andaban, vacilaban, crujían,
una
masa de férreo volumen has forjado.
Has
forjado una especie de mineral sencillo,
que
observa la conducta del metal más valioso,
perfecciona
el motor, y señala el martillo,
la
hélice, la salud, con un dedo orgulloso.
Polvo
para los zares, los reales bandidos:
Rusia
nevada de hambre, dolor y cautiverios.
Ayer
sus hijos iban a la muerte vencidos,
hoy
proclaman la vida y hunden los cementerios.
Ayer
iban sus ríos derritiendo los hielos,
quemados
por la sangre de los trabajadores.
Hoy
descubren industrias, maquinarias, anhelos,
y
cantan rodeados de fábricas y flores.
Y
los ancianos lentos que llevan una huella
de
zar sobre sus hombros, interrumpen el paso,
por
desplumar alegres su alta barba de estrella
ante
el fulgor que remoza su ocaso.
Las
chozas se convierten en casas de granito.
El
corazón se queda desnudo entre verdades.
Y
como una visión real de lo inaudito,
brotan
sobre la nada bandadas de ciudades.
La
juventud de Rusia se esgrime y se agiganta
como
un arma afilada por los rinocerontes.
La
metalurgia suena dichosa de garganta,
y
vibran los martillos de pie sobre los montes.
Con
las inagotables vacas de oro yacente
que
ordeñan los mineros de los montes Urales,
Rusia
edifica un mundo feliz y trasparente
para
los hombres llenos de impulsos fraternales.
Hoy
que contra mi patria clavan sus bayonetas
legiones
malparidas por una torpe entraña,
los
girasoles rusos, como ciegos planetas,
hacen
girar su rostro de rayos hacia España.
Aquí
está Rusia entera vestida de soldado,
protegiendo
a los niños que anhela la trilita
de
Italia y de Alemania bajo el sueño sagrado,
y
que del vientre mismo de la madre los quita.
Dormitorios
de niños españoles: zarpazos
de
inocencia que arrojan de Madrid, de Valencia,
a
Mussolini, a Hitler, los dos mariconazos,
la
vida que destruyen manchados de inocencia.
Frágiles
dormitorios al sol de la luz clara,
sangrienta
de repente y erizada de astillas.
¡Si
tanto dormitorio deshecho se arrojara
sobre
las dos cabezas y las cuatro mejillas!
Se
arrojará, me advierte desde su tumba viva
Lenin,
con pie de mármol y voz de bronce quieto,
mientras
contempla inmóvil el agua constructiva
que
fluye en forma humana detrás de su esqueleto.
Rusia
y España, unidas como fuerzas hermanas,
fuerza
serán que cierre las fauces de la guerra.
Y
sólo se verá tractores y manzanas,
panes
y juventud sobre la tierra.
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