TRESCIENTAS MIL GRACIAS
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A veces la vida se forjada en
la conquista de minúsculas metas, de singulares retos personales o, también, de
pequeñas apuestas. El nuestro no va detrás de un número que cifre nuestra insignificancia
en este gran mundo de Internet. Por el contrario, aprovechando la libertad de
expresar lo que sientes, lo que vives y el posicionamiento que inefablemente
todos realizamos sobre lo que ocurre a nuestro alrededor, tratamos SIMPLEMENTE de permanecer.
Porque la vida es efímera y el contraste de pareceres permanente, es preciso estar en la opinión pública y
publicar nuestra opinión en público. Todo ello en un pequeño espacio, porque
pequeño es el espacio de una vida, y durante un corto tiempo, porque corto es el
tiempo y las fuerzas que una “cabecica bien arreglada” acompaña al hombre. Me sorprende la rapidez
con que ahora, las nuevas generaciones queman etapas. Me sorprende todavía más
desde que leí con mis hijos la historia de Vania el Forzudo. Llegar a la
jubilación es fácil, pero saber acumular fuerzas para vivir esta etapa con
vitalidad, no lo es tanto. La vida es una acumulación de saberes y la senectud la
época en que ese saber puede tener una utilidad. Donde una opinión puede tener
su valor por estar consensuada y contrastada con la meditación y el silencio de
muchos años. La vida no es estar tumbado a la bartola comiendo pipas de
girasol. Acaso la vida, la única que tenemos, si fuésemos consciente de su
valor desde un principio, trataríamos de sorberla con el afán y la codicia con
la que un niño chupa un zumo con una pajita. Con la avaricia del hombre
prehistórico al cazar un apresa tras días de ayuno. Sólo hay una vida, preciso
es dedicar a ella toda la Paz que podamos acumular, aportar, todo el estudio
que nuestros ojos puedan absorber sin descanso y, por supuesto, toda la solidaridad necesaria
y precisa con nuestro prójimo. Que el estudio no nos distraiga nunca de un fin
primordial, cual es, salvaguardar siempre la dignidad del hombre y sus valores
universales: LA LIBERTAD, LA JUSTICIA, LA IGUALDAD DE DERECHOS Y DEBERES. Y ese mandamiento nuevo que nos traen las nuevas generaciones: RESPETAR A LA NATURALEZA EN TODO SU ESPLENDOR. AMEN.
Acumulando saber/sabor.
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