Entre las calles Tras el Mercado y Matías Abad queda, tras la Guerra Civil 36-39, un espacio indefinido cuya propiedad del suelo va a parar a la Dirección General de Regiones Devastadas. Con la rehabilitación de la llamada Casa Hinojosa, cuya parte posterior da a dicha "plaza", queda definido y rehabilitado un espacio conocido, actualmente, como Plaza de los Amantes. De todo este material administrativo e histórico sabe mucho Carlos Casas Nagore. Queda, pues, por rehabilitar, el suelo de la propia plaza. Una plaza que es antesala del Mausoleo de los Amantes y de la torre mudéjar de San Pedro. La plaza en sí es pequeña y no requeriría de mucho dinero para su adecentamiento. Sin embargo, sí necesita y es necesario buen gusto para acertar con una idea que realce y de impronta a estos dos monumentos singulares de Teruel.
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El Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones (SNRDR) se crea en enero de 1938. En agosto de 1939 dicho organismo pasó a denominarse, "Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones dependiente del Ministerio de la Gobernación, con el objetivo de orientar, facilitar y en muchos casos reconstruir directamente los daños causados por la Guerra Civil." La Plaza de los Amantes perteneció a este organismo hasta hace bien poco tiempo.
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LA PLAZA DEL TORICO:
UNA CHAPUZA DE LA QUE NADIE SALE RESPONSABLE
Los turolenses que pasean por el Centro Histórico ya se están dando cuenta del resultado de las últimas actuaciones en la plaza de Carlos Castel (Torico). Las luces del suelo, ahora cegadas, se han convertido en parches que acumulan suciedad y dan una sensación de "pantalón con remiendos". La salvación, del desastre, de 150 luces entorno al monumento no puede ser más desafortunada. Estas luminarias que perviven no pueden ser un referente de la idea original que se pretendía y tampoco pueden ser solución a la iluminación de la plaza pues, por sí mismas, no iluminarán lo suficiente y quedarán eclipsadas por las luces de la fachadas. Como reza el dicho popular: "Peor el remedio que la enfermedad". Lo malo del caso es que esta gran chapuza se ha hecho en el centro geográfico, emocional e histórico del casco histórico de la ciudad de Teruel. Un espacio llamado a ser emblemático, referente turístico y tarjeta de visita de un ciudad que quiere presentase al mundo con aires de modernidad y eficiencia. Todo se ha consumado de la peor manera posible y parece que la cosa no tiene remedio a medio plazo, dada la crisis que padecemos.
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Esto es lo mismo que si para explicarte lo que es la lluvia, te enseñan una gota de agua.
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