VIAJE A ÉIBAR
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La sensación que tiene el viajero al
llegar a esta población es de agobio. Si el trayecto se hace fácil gracias a la
magnífica red de autovías del Estado español, que no ha regateado medios para
que el trayecto fuera confortable empalmando sucesivamente túneles con viaductos,
la llegada, causa un gran impacto a la vista. En efecto, como es la norma en las
provincias vascas, en la de Éibar la población también se asienta en el fondo
de un estrecho valle. Pero, si la población como es el caso, ha crecido por la
abundante actividad industrial la falta de suelo urbano hace que se crezca en
altura, en verticalidad. Por tal razón Éibar tiene dos de los edificios de más
altura del País Vasco, se trata de la Torre Unzaga de 23 pisos y de la Torre
Ipurua de 20 pisos, lo que ocasiona a la vez graves quebraderos de cabeza en el
tema de incendios y evacuación.
Éibar tiene una población de 27.380
habitantes pero, sin duda, el dato de densidad nos aclara mejor la situación ya
que es de 1.106,42 habitantes por kilómetros cuadrado. La densidad de población
nos define mejor su problemática. Una población situada en el valle del río Ego
a tan solo 121 metros sobre el nivel del mar y cuyo pico más alto del término
municipal es (Urko) de 797 metros.
Circular y pasear es todo un problema
aunque el Ayuntamiento se esfuerza por peatonalizar las pocas calles sobe las
que es posible intervenir. Los edificios más significativos son el del
Ayuntamiento y la iglesia de San Andrés Apóstol que tiene un retablo
renacentista en madera sin policromar que nos recuerda al de la catedral de Teruel aunque, éste de Éibar, tiene la calle central con figuras en bulto que destacan del
conjunto. Por lo demás los edificios son todos modernos mezclándose con
establecimientos industriales (algunos en ruina) y grandes comercios. Junto a la casa Consistorial
está en competencia volumétrica la sede de la UGT /PSOE. La presencia y
prevalencia de la clase obrera ha sido determinante históricamente hablando en
el municipio que ha tenido en la fabricación de armas y los adamasquinados su
base económica.
Una población en la que la humedad,
la lluvia, las nieblas y la falta de movilidad no hacen apetecible, ni fácil, la
habitabilidad.
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Sobre las casas la montaña reduce las horas de sol y de luz en Éibar.
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Zona en la que la población tiene un mínimo de desahogo. Las escaleras mecánicas y los ascensores son muy abundantes.
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Es importante la fabricación de armas
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Tiene presencia aquí, la fábrica de máquinas de coser ALFA
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Crecer en altura
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Retablo renacentista de la iglesia de San Andrés Apóstol de Éibar
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La lluvia y la niebla acompañan la cotidianidad de la vida en el País Vasco.
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