LA SUPERPRODUCCIÓN DEL VINO VERSUS EL
BAJO CONSUMO
*
Cuando en torno al año 2000 se
produjo la reestructuración del viñedo de la mano de la Unión Europea se cometió
un error de bulto. Entonces la UE impuso los llamados “DERECHOS” de tal forma
que si un agricultor quería plantar una cepa de vid, debía arrancar otra o
comprar ese “DERECHO” a otro agricultor que abandonara el
cultivo. Se planteó que, debido al descenso del consumo, no era conveniente
aumentar la superficie productora de uva vinificable. Sin embargo, sucedió todo
lo contrario, no en la superficie cultivada, sino en la producción de uva.
Hasta el año 2000 una cepa “en vaso”
producía en torno a los cuatro kilos de uva. A partir de la reestructuración,
una cepa puede producir doce (12) y
hasta quince (15) kilos con riego. De
tal forma que la producción de vino se ha triplicado en un mercado que va en
descenso. El consumidor quiere bebidas con poco alcohol y que refresquen
(cambio climático) ahí está la directa competidora del vino: LA CERVEZA.
Entenderán ahora porque los franceses
vacían las cisternas de vino en la frontera francesa. Efectivamente, por una
competencia desleal. El viticultor y las D.O deben controlar la producción de
vino. De lo contrario la guerra está servida. Se comprenderá el tema si vemos a
un vinatero francés comprar vino español a 2 pesetas el kilo de uva y por contra, la irritación del agricultor francés: ¡UNA
PASADA!
La cerveza le está ganando (si no se
la ha ganado ya) la batalla al vino. La reestructuración del viñedo, el cultivo
en espaldera intensivo y superintensivo ha ocasionado una superproducción de
vino que contrasta a su vez con la pérdida de consumidores. El kilo de uva está en muchas cooperativas de la Mancha a 2 pesetas (no me he equivocado). Lo que
sorprende es que la copa de vino en el bar sea cada vez más cara. Al final...
nos vamos a pasar todos a la cerveza.