(“De Teruel no es cualquiera”)
(Joaquín Carbonell)
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Para el año 2033, es decir, dentro de apenas 13 años la provincia de Teruel cumplirá 200 años de existencia. Desde su creación en 1833 ha sido un quebradero de cabeza para las administraciones estatales que han visto como, sistemáticamente, se desplazaba al último puesto de todos los parámetros económicos. También hemos visto, de forma aterradora, como la emigración arrasaba con lo mejor de sus pobladores que contribuían, así, al progreso de otras tierras más amables.
La división administrativa conocida
como “PROVINCIA” ha calado en las gentes de Teruel de forma efectiva y
emocional, a pesar de que no ha habido una verdadera vertebración de la misma
ni una verdadera cohesión entre sus gentes. Pero, por no se sabe que
casualidades de la vida, tan turolense se siente un habitante de Beceite como
uno de Villel y, a tal efecto, llevan con orgullo el nombre de la provincia
allá donde se desplazan.
Todo comenzó con la Edad
Contemporánea. Hasta entonces no había habido provincia pero, tras el año 1808 fecha que anuncia dicha "Edad", llegó
1812 y en la Constitución de Cádiz (la Pepa) se consagra la división de España en
provincias, diputaciones provinciales y se plantea delimitar los municipios,
fuente de financiación de las diputaciones (la contribución "rustica y la "urbana").
Tras varios intentos y muchas
discusiones Javier de Burgos decreta el 30 de noviembre de 1933 la división
vigente. Y, tras esta división, seguirán las tensiones y Teruel se disputará con
Alcañiz la cabeza territorial. Todo muy comprensible, debido a las deficientes
comunicaciones y al centralismo que automáticamente generan las instituciones
creadas.
Sea como fuere, el “cemento” pegó lo
que la naturaleza se negaba a admitir. Así, pues, una provincia pobre,
desvertebrada y abandonada, logró construirse sobre sus propias debilidades.
Los historiadores modernos han
decretado que la división de Javier de Burgos y de la Constitución del 12 es
una división centralista y debe ser eliminada. Los partidos políticos
progresistas señalan que no quieren oír hablar de provincias y le llaman a sus
reuniones: INTERCOMARCALES. ¿Qué es más centralista, una provincia o una Comarca?
Y ¿Qué entidad política tiene una comarca si es, en la práctica, equiparable a
una dirección general? ¿No es centralista la Autonomía?
Pensamos que la provincia seguirá
siendo una institución apreciada por los turolenses durante mucho tiempo.
A tal efecto, desde hace algún
tiempo, se viene reclamando un libro con la historia de la provincia y aquí
mostramos dos ejemplares. El primero de Caruana y el segundo con una panoplia
de buenos historiadores que hacen de este ejemplar una pequeña joya.
Para rematar el asunto viene Joaquín Carbonell y saca una canción que es un verdadero himno a la provincia: “DE TERUEL NO ES CUALQUIERA”. Y es que lo emocional, lo sentimental, el amor al terruño… es y ha sido el “cemento” que ha unido a las gentes que habitan esta parte de la Cordillera Ibérica (Íberos y Celtas al fin).
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