Gato tomando el sol en el otoño
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CAMBIO CLIMÁTICO
El cambio climático es una constante
en la historia de la humanidad. Siempre lo ha habido y siempre lo habrá, hasta
que la tierra desaparezca. Ahora bien, nadie sabe, ni ningún científico puede
demostrar claramente, taxativamente, en que medida el hombre (su actividad industrial) contribuye a acelerar
o a decelerar el clima. Nadie puede dar un porcentaje ni aproximado de lo que
se señala. Por el contrario la NASA, según recientes publicaciones, señala que
estamos en parámetros “normales” en función de la evolución del clima, a lo largo
de la historia. Por esta razón, los EEUU no firman ningún acuerdo internacional
sobre el cambio climático ( y si firman no actúan en consecuencia).
Pero, por el contrario, hay una
corriente feroz y populista, que ha tomado el tema del cambio climático como
una doctrina ideológica fanática. Cualquiera puede ver en pleno del invierno,
en una terraza del bar, consumir energía fósil en un calentador y quejarse
amargamente del cambio climático.
Pero, hace 100 (cien) años nadie
tomaba el sol en la terraza del bar cubierto de plásticos y quemando butano o
con un radiador eléctrico sobre la cabeza… Entonces, en la España rural, que
comprendía la mayoría de la población, el sol en invierno, se utilizaba para
otras cosas.
Bueno pues, parte de nuestros pueblos, está orientado al mediodía para recoger mejor el calor del sol. Las casas trataban de estar orientadas, es decir, mirando a oriente. Todas o casi todas las
casas tenían SOLANAR. El solanar servía para aprovechar el sol y secar el panizo,
las nueces, las judías secas y otros productos agrícolas.
Pero hay más tópicos. Se señala que
cada vez hay, en España, menos árboles y eso es radicalmente falso. Que el cambio
climático traerá desastres sin cuento. Los desastres naturales nadie los puede
predecir. Pero, a lo largo de la historia, los cambios como el que ahora se
avecina, han traído una mayor producción agrícola, ahí están, por ejemplo, las lonjas renacentistas de la provincia de Teruel.
Hemos pasado del aforismo en el que “todos
los males provenían del capitalismo” a la “formula” actual y populista: “el
cambio climático es la fuente de todos los males”.
Hay, por ejemplo, en Sagunto,
urbanizaciones que están a una cota inferior al nivel del mar, porque está construida
sobre lagunas costeras. Según este principio “ pseudoclimatológico” que tan
apabullantemente se enarbola, ya deberían estar inundadas. Y, nada de nada.
Cambio climático ha habido siempre pero, ahora, los científicos serios (no populistas) afirman que está más
relacionado con el funcionamiento del sol (manchas solares) que con la
actividad humana.
Así que, si usted ha leído hasta aquí,
quede tranquilo. Descanse sin sobresaltos. No se agobie. El cambio climático no le amargará
la vida, todo lo contrario. Tenemos ya, veranos más largos e inviernos más suaves a la par que mayor producción agroalimentaria y, el gato, lo sabe.
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