Excelentísimo Señor Presidente de
Armenia,
Querido Embajador de Armenia,
Molt Honorable Presidente de la
Generalitat,
Estimada Directora del Smithsonian
Folklife Festival, queridos organizadores
Autoridades, autores, creadores,
señoras y señores:
Celebramos hoy en este lugar
emblemático de Washington la grandeza de la cultura catalana. Es sólo una
pequeña muestra de la enorme riqueza que atesoran las tradiciones, las
expresiones artísticas y las creaciones del prolífico pueblo catalán a través
de los siglos. Porque presenciamos aquí una cultura milenaria, que bebe de las
influencias de los pueblos que poblaron la península ibérica y ha tenido
siempre, por su privilegiada geografía y su apertura al mar, una fuerte
impronta europea y mediterránea.
Catalunya se vanagloria en particular
de su lengua, que surge al tiempo de las demás lenguas latinas que se difunden
en la cuenca mediterránea y que ha adquirido con la Constitución española la
condición de lengua oficial, lo que le confiere un estatuto singular y
privilegiado. La lengua catalana es hoy la lengua vehicular de todo el sistema
de enseñanza, y en ella se imparten todas las materias comunes (historia,
geografía y toda la rama científica). Además, es la lengua de uso prioritario
de la Administración pública.
Catalunya goza ahora de la etapa de
mayor autogobierno, mayor libertad y mayor prosperidad de su historia. La
transición democrática española creó un sistema que, bautizado como
“autonómico”, es uno de los más descentralizados del mundo, más incluso que
algunos Estados que se etiquetan como federales. Pero no quiero hacer
disquisiciones teóricas ni propaganda sin fundamento. Voy a los hechos:
- La Constitución española de 1978
establece una democracia parlamentaria de primer nivel, que, por ejemplo, la
organización ‘Freedom House’ califica como democracia plena con las máximas
calificaciones en materia de libertades y derechos políticos y civiles.
- También el Democracy Index de The
Economist Unit califica a España entre las 20 primeras democracias del mundo.
- Y somos uno de los países europeos
con menos sentencias condenatorias en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
La Constitución de 1978, por cierto,
fue aprobada con el 88,54% de los votos a favor, lo que es enorme, pero es que
en Cataluña recibió más del 90% de apoyo.
Por eso, con hechos y datos,
permítanme que corrija esta propaganda que difunde el Sr. Torra, porque
nuestros amigos americanos gustan de tener datos y hechos para aseverar sus
opiniones.
En España no hay presos políticos. No
lo digo yo. Lo han dicho los informes de Amnesty Internacional y Human Rights
Watch. Hay unos políticos que, a pesar de haber sido reiteradamente advertidos
por sus propios servicios jurídicos, decidieron retorcer el Reglamento del
Parlamento y violar el estatuto de Autonomía de Catalunya y la Constitución. Si
se permitiera hacer política fuera de la ley, violando la ley, se acabaría la
democracia. Y por eso actúan los jueces: para defender la democracia y el
Estado de Derecho. Por eso hay políticos en prisión: por violar las leyes.
En España el gobierno anterior se vio
obligado a aplicar el artículo 155 de la Constitución, el llamado “mecanismo de
coerción” que tienen todas las Constituciones federales europeas. Con el apoyo
del 80% del Senado, se vió obligado a tomar medidas excepcionales. ¿Con qué
objeto? Simplemente, devolver Catalunya a la legalidad. Con el 155 se aplicaron
las leyes catalanas por las instituciones catalanas y se convocaron
inmediatamente elecciones para un nuevo parlamento catalán. Es así como se
pudieron hacer pagos pendientes, convocar plazas de trabajo, resolver recursos,
en fin, administrar una autonomía con normalidad, ocupándose de los problemas
reales de la gente.
Sr. Torra, su petición de
autodeterminación no tiene eco en este escenario. Debe Vd. Recordar que la
mayoría de la población catalana no vota a favor de posiciones secesionistas.
Respete Vd. a la mayoría, es un principio de la democracia y gobierne para
todos, no sólo para los suyos. Porque los catalanes no independentistas resulta
que existen, que son libres y merecen su respeto.
Yo también llevo un lazo en mi
corazón, por los cientos de miles por los cientos de miles de catalanes que
viven con miedo, aprisionados en su propia comunidad y que se identifican como
catalanes y españoles.
Pero veníamos aquí a hablar de
cultura. De la expresión cultural y artística que en España se manifiesta desde
el pluralismo, la diversidad y las libertades y que ha permitido un singular
fortalecimiento de las identidades regionales, incluyendo por supuesto a la
catalana. Sólo en un marco de respeto a los derechos humanos y las libertades
pueden darse tales muestras de creatividad artística, respeto a la tradición y
presencia de la modernidad en un mismo escenario.
Porque la cultura catalana es un
orgullo para España. Sus contribuciones históricas, sus manifestaciones
artísticas y literarias, la riqueza de sus tradiciones se abrazan con nuestras
demás autonomías en intercambios vivos y antiguos, que dan lugar a expresiones
como la rumba catalana, que escucharán ustedes en estos días, al liderazgo en
las artes y el diseño, con grandes nombres que revolucionaron la creación
española en su tiempo: Picasso, Miró, abriendo el espacio a los Tápies y
Mariscal y a los nuevos creadores que una y otra vez emergen a las orillas del
mediterráneo y expanden en ese sabor a mar por la península.
Reconocerán ustedes en los
espectáculos, tradiciones y eventos de estos días unas improntas comunes, que
beben de una naturaleza privilegiada donde la montaña se une con el mar, donde
España se abre a Europa, donde las influencias del exterior entran en la
península como han hecho durante siglos. Porque esa impronta de la catalanidad
es inherente a nuestra historia común española, nos fortalece en la unión de
nuestra cultura e identidad y nos define en cuanto catalanes y españoles.
Disfruten Vds. del espectáculo.
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