LA IMPORTANCIA DEL AGUA
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Por ser de uso cotidiano y a un coste
razonable, no reparamos en la importancia del agua en nuestra vida diaria. Por
una de esas casualidades de la vida hoy, día 15 de mayo de 2018, han tenido que
hacer unas reparaciones en mi finca y nos han cortado el suministro de agua
entre las 9:00 horas y las 21:00 horas. Hemos
tenido que recoger agua en pozales, llenar bañeras, etc., etc. Y aquí es donde
hemos tomado conciencia de su importancia cuando, precisamente, falta. El agua
corriente y debidamente tratada ha sido fundamental para acabar con muchas
enfermedades de transmisión.
Sin embargo, a pesar de los miles y miles
de años de civilización, el hombre (y en particular el español) ha tomado conciencia de la HIGIENE Y DE LA
SANIDAD pública desde hace relativamente poco tiempo.
Todo comenzó con el llamado TRIENIO
LIBERAL (1820-23), periodo de nuestra historia que a veces pasa desapercibido y
que tan fecundo fue, en tan breve espacio de tiempo. Por ello conviene reparar en que en este momento se hizo el PRIMER PROYECTO DE LEY ORGÁNICA DE LA SANIDAD
PÚBLICA DE LA MONARQUÍA ESPAÑOLA. Como todo el mundo sabe o debería saber el “Trienio
Liberal” terminó mal y a él se asocia el primer exilio político de la Edad
Moderna. El proyecto lo hizo una “Comisión nombrada por Real Orden de 20 de
junio de 1820” y si no recuerdo mal en ella se integraba el ilustre Mariano
Lagasca (médico y botánico).
Este proyecto supuso un comienzo en
la Sanidad Pública española que no pararía y que nos traería hasta nuestros
días, eso sí, con todas las trabas que se puedan imaginar.
Pero para ahorrarnos los farragosos
textos sinteticemos cuales eran las preocupaciones de los dirigentes españoles
en el siglo XIX y aún en el XX, al menos hasta los años 50 en esta materia.
Si seguimos el Madoz, que tanta
información nos da podríamos resumirlos en cinco puntos:
1.- Sacar los cementerios de las
poblaciones.
2.- Hervir el agua en los partos (y
la creación de la titulación de “Practicante de Partos”). Hasta hace poco al
enfermero aún se le llamaba “EL PRACTICANTE”.
3.- Encalar las casas. (Franco, en el
periodo de cerco económico 1945-1951, mandó encalar todas las casas, tanto en
el interior como en el exterior).
4.- Desecar zonas húmedas y lagunas.
(En Villarquemado todavía hablan de los mosquitos de la laguna del Cañizar).
5.- Control de pestes y enfermedades
contagiosas (por ejemplo, “las cuarentenas”).
Desde luego el agua corriente ha sido
un avance increíble en la mejora de la higiene y la salud pública. Como ejemplo
de lo que digo puedo señalar que en mi infancia no teníamos agua corriente y
bajábamos al río a por ella con la llamada “alfarería de agua”. Pero, los
zagales cuando teníamos sed, bebíamos del río, de las fuentes, de las acequias
y si apretaba la sed de las charcas. Como ya existía esa preocupación por el
agua en mal estado y seguramente siguiendo una tradición ancestral los niños recitábamos los siguientes versos a modo de conjuro:
“AGUA CORRIENTE
NO MATA A LA GENTE.
AGUA DETENIDA
MALA BEBIDA."
AGUA DETENIDA
MALA BEBIDA."
Hoy se va extendiendo la conciencia sobre la necesidad de preservar
este bien tan esencial. En esencia, se trata de hacer un seguimiento exhaustivo
al CICLO DEL AGUA, desde que cae de la nube, hasta que vuelve a ella.
Que nunca nos falte, ni el agua "clara", ni el aire puro.
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