Monte de la Prisca
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DE LA RECONQUISTA A LA
DESAMORTIZACIÓN
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La Reconquista la realizan los reyes
peninsulares apoyándose en dos fuerzas: la nobleza y el clero. Conquistada Granada y terminada definitivamente la Reconquista
los reyes deberían haber reestructurado los poderes del Estado (Corona),
todavía más, cuando se iniciaba una etapa nueva de conquistas en América y se
necesitaba el ascenso de nuevas clases sociales más dinámicas y emprendedoras.
Pero, nada se hizo en todo el periodo de la Edad Moderna en el que la monarquía
absoluta campo a sus anchas.
Para principios del siglo XIX (Edad Contemporánea) y con
el Trienio Liberal (1820-23) hay un intento de reducir el poder de la nobleza
que queda en casi nada al judicializarse el proceso y quedar en manos de jueces la
resolución del asunto de la propiedad y legitimidad de sus bienes. Resultado, las grandes propiedades de la nobleza no fueron tocadas y fueron regularizadas al inscribirse en el registro de la Propiedad.
Por otra parte, también a principios
del siglo XIX, los Liberales necesitan dinero (guerras coloniales, reformas, etc.) y deciden tomarlo de la Iglesia.
Se producen así tres desamortizaciones en las que se malvendió un patrimonio de
impresionante riqueza. En esta subasta, que fue una verdadera ganga, llegaron
gente con dinero, muchas de ellas familias de fuera de Aragón, particularmente
de Navarra (territorio que quedó relegado de la Reconquista).
Había municipios enteros que eran propiedad del Señorío de las Órdenes. En este periodo aproximado de mitad del siglo XIX
los grandes ganaderos necesitaban nuevos pastos para producir más lana ya que
los precios estaban cayendo. De esta forma compran grandes lotes de tierra, de
monte y de pastos. A su vez muchos de ellos entran en la Casa de Ganaderos de Zaragoza beneficiándose
de sus privilegios.
En el área del Sur de Aragón, en las
que se asientan las cuatro Comunidades (Calatayud, Daroca, Albarracín y Teruel)
puede distinguirse todavía los pueblos en los que se hizo la Desamortización en
base a la forma en que está repartida la propiedad de la tierra.
Las fotografías que acompañan
pertenecen al monte de la Prisca, un bosque de encinas que es propiedad
particular y procede de una desamortización. Choca esto porque, en las
Comunidades, la propiedad de montes y pastos es DEL COMÚN.
El argumento para la desamortización
era que las tierras pertenecían a la Iglesia y su destino era ser: “manos muertas”
(improductivas). También ayudó el hecho de que la Iglesia no tuviera anotados
sus bienes en un Registro de la Propiedad. Una actitud que descansaba en el
pensamiento de que el Reino de Dios era eterno.
Para el año 1947 la Iglesia inicia un
proceso al que se acogen muchas personas
y que se llama INMATRICUACIÓN. Se hace una inmatriculación cuando se quiere
registrar una propiedad que anteriormente no ha tenido escritura pública ni ha
pasado nunca por el Registro de la Propiedad.
Los contenciosos que aparecen en los medios de comunicación entre
Ayuntamientos e Iglesia obedecen a la disputa de algún bien eclesiástico, que
ha sido inmatriculado por la Iglesia y, que reclama el Ayuntamiento, basándose en
documentos o en la tradición. Generalmente estos contenciosos los gana la
Iglesia.
También, durante buena parte del siglo
XX estuvo muy presente la llamada: REFORMA AGRARIA. Se trataba de que el Estado
repartiera tierras a los campesinos que carecían de ellas. Pudo hacerse durante
la Segunda República española, pero no se hizo por motivos estratégicos: “Primero
la revolución y después la Reforma Agraria", fue el lema de la izquierda
política española.
En la actualidad no se cuestiona el
tamaño de la propiedad sino el hecho de que esté cultivada de forma eficiente,
de ahí los incentivos que da la UE (PAC… etc.)
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Monte La Prisca
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