LAS CIFRAS QUE NO NOS ENSEÑAN
(Dinero público, negocio privado.
La verdad sobre Caudé)
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En los aeropuertos convencionales molestan (los aviones) porque ocupan mucho espacio y las tarifas suelen ser prohibitivas: unos 1.000 euros al día.
Teruel se convierte en el principal garaje de aviones de
Europa. Actualmente 70 aviones (setenta).
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70X1.000 = 70.000 EUROS AL DÍA.
70.000 EUROS X 365 DIAS AL AÑOS= 25.550.000 EUROS AL AÑO.
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Tarmac, la filial de Airbus, firmó un acuerdo con el consorcio público que había levantado el aeropuerto a cambio de un canon anual de 1,25 millones de euros.
AQUÍ COMIENZA EL ARTÍCULO DE "LAS PROVINCIAS" DEL DÍA, 20 DE NOVIEMBRE DE 2015
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Cerca de 70 aviones reposan en las instalaciones de la pista
de Teruel, que está al borde de su capacidad.
Con su sol y sin apenas humedad, la provincia aragonesa
rivaliza con las grandes terminales americanas. Los rusos, en horas bajas, son
sus últimos clientes
BORJA OLAIZOLA
20 noviembre 2015
Si el tráfico de aviones fuese un buen indicador de la
magnitud de una ciudad, Teruel debería situarse entre las principales
poblaciones de la península. La menos habitada de las capitales españolas
(35.000 vecinos) bien podría pasar a vista de pájaro por una pequeña metrópoli.
Ni siquiera en urbes que son diez o veinte veces más grandes se ve tanta
acumulación de aeronaves. Sin embargo, y a diferencia de lo que ocurre en otras
terminales aéreas, los aviones que hay en Teruel no se mueven. El primer
aeropuerto industrial de España es en realidad un enorme estacionamiento al
aire libre para naves que no están operativas.
La terminal se levanta sobre una antigua base aérea militar,
Caudé, construida en tiempos de la Guerra Civil. Está a diez kilómetros de la
capital y vio la luz hace poco más de dos años, en plena eclosión del escándalo
de los aeropuertos fantasma -Castellón, Ciudad Real, Lleida...-, instalaciones infrautilizadas
en las que se sepultaron cantidades ingentes de fondos públicos. Es por ello
que su director, Alejandro Ibrahim, se esfuerza en marcar distancias:
"Teruel no fue concebida como una terminal de pasajeros, sino como una
plataforma para generar riqueza y empleo". El aeropuerto fue construido
por un consorcio público local que invirtió 40 millones de euros.
La base del negocio se centra en el aparcamiento de aviones
que por una u otra razón no se encuentran operativos. La flota de las compañías
aéreas ha crecido tanto -hay ya unas 30.000 unidades volando en el mundo- que
cada vez es más frecuente que algunas de ellas permanezcan durante un tiempo en
el dique seco. Ocurre en la temporada de invierno, cuando los flujos turísticos
caen de golpe y muchas compañías se dan cuenta de que tienen más aviones de los
que necesitan. También cuando las aerolíneas tienen problemas: las operadoras
rusas, por ejemplo, atraviesan serias dificultades debido a que el desplome de
la economía ha hecho estragos en el turismo. Transaereo y UTair, las dos con
sede en Moscú, han desplazado parte de sus flotas a Teruel a la espera de que
se despejen las incertidumbres que se ciernen sobre su futuro.
Un avión no es algo que se pueda dejar aparcado así como
así. En los aeropuertos convencionales molestan porque ocupan mucho espacio y
las tarifas suelen ser prohibitivas: unos 1.000 euros al día. La alternativa
hasta ahora era llevarlos a Estados Unidos, donde hay una amplia red de
terminales que se encargan de guardarlos a precios ‘razonables’. Esos
aeropuertos surgieron inicialmente como depósitos de aviones de combate
excedentarios al término de la Segunda Guerra Mundial. Con el tiempo se
convirtieron en una suerte de ‘garajes’ aéreos donde las compañías comerciales
aparcan los que no están en servicio. Hacen las veces, además, de cementerios
para los que están obsoletos después de que hayan sido desmantelados y
descontaminados. Estas instalaciones se suelen emplazar en zonas desérticas
donde la escasa humedad garantiza una buena conservación de las aeronaves a la
intemperie.
La plataforma aragonesa abrió en 2013 y prevé ofrecer hasta
225 plazas
Hasta ahora las aerolíneas europeas recurrían a bases como
Davis Monthan (Arizona) o Mojave (California). La primera, la mayor del mundo,
llega a acoger hasta 4.500 aviones. Sus tarifas son competitivas, pero el
problema es el desplazamiento: atravesar el Atlántico supone entre 40.000 y
60.000 euros de gasto en combustible. Es ahí donde emerge la terminal
aragonesa, que ofrece precios tan asequibles como sus rivales estadounidenses
sin tener que afrontar el coste del viaje.
Hasta la apertura de Teruel, en Europa existía un único
aeropuerto industrial: el de Tarbes, una localidad del sur de Francia próxima a
Tolouse, donde se encuentra la sede central del gigante de la aviación Airbus.
Esa iniciativa se fraguó en el seno de la propia Airbus y cristalizó a través
de una de sus empresas filiales, Tarmac Aerosave. El éxito desbordó todas las
previsiones, en parte debido a las reducidas dimensiones de Tarbes, que solo
cuenta con capacidad para 25 plazas. Una vez comprobado que el negocio tenía
tirón, Airbus empezó a buscar un lugar para explotar una segunda instalación de
características similares.
Teruel se erigió en la opción más interesante por proximidad
-está a seis horas y media de coche desde Toulouse-, climatología y
dimensiones. Cuando esté plenamente desarrollada, la terminal española tendrá
capacidad para 225 aviones. Tarmac, la filial de Airbus, firmó un acuerdo con
el consorcio público que había levantado el aeropuerto a cambio de un canon
anual de 1,25 millones de euros. Las cosas no han podido ir mejor desde que la
plataforma abriese sus puertas en marzo de 2013. Poco a poco han ido llegando
aviones -la semana pasada sumaban ya 70, entre ellos diez Boeing 747- hasta
alcanzar una tasa de ocupación que a punto está de desbordar la capacidad de la
instalación, aún pendiente de ser rematada.
Encender motores
Casi la mitad de las aeronaves, precisa el director,
pertenecen a empresas de leasing y permanecen ahí a la espera de que les sea
adjudicada una nueva compañía aérea. Mientras tanto, los aparatos son objeto de
un estricto protocolo de mantenimiento durante su estancia en el dique seco.
Hay que encender los motores y someter los dispositivos de vuelo a revisiones
periódicas ya que, en caso contrario, el avión puede perder el certificado de
aeronavegabilidad. El mantenimiento es otra de las líneas de negocio de Teruel,
la segunda pata del banco después del aparcamiento y también la que más empleos
creará: Tarmac tiene previsto llegar a los cien trabajadores en un plazo de dos
años, aunque si las cosas marchan como hasta ahora, igual ese plazo se recorta.
El reciclaje también tendrá su sitio en Teruel. Se trata de
una actividad con excelentes perspectivas porque el crecimiento de las flotas
aéreas está recortando la vida útil de los aviones, que ahora se sitúa entre
los 25 y los 30 años. Los avances tecnológicos en materias como el ahorro de
combustible o la seguridad van tan deprisa que las aeronaves en servicio se
quedan desfasadas cada vez más pronto. Tarmac estima que en los próximos veinte
años las aerolíneas mandarán a la chatarra unos 6.000 aviones. Eso generará una
importante carga de trabajo para las empresas que estén en condiciones de
ofrecer unas instalaciones como las aragonesas.
La terminal española, además, empieza a atraer a empresas
relacionadas con la actividad aeroespacial. Una de ellas es la nacional PLD,
que desarrolla motores de cohetes para propulsar nanosatélites. Otra trabaja en
drones de gran tamaño con propulsores alimentados por paneles solares y a
partir del año que viene se instalará una escuela británica que forma a
pilotos. "Darán las clases teóricas en Brighton, que es donde tienen su
sede, pero impartirán las prácticas de vuelo aquí porque la climatología es
mucho mejor y también hay muchos menos tráfico aéreo", comenta el director
de la instalación.
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CLIMATOLOGÍA IDEAL
Como en el desierto
242 días de sol al año. El aeropuerto de Teruel se promociona en su publicidad como cualquier destino turístico. Uno de los requisitos para que los aviones se mantengan en buen estado es la escasa humedad, de ahí que las grandes bases estadounidenses estén en zonas desérticas. La climatología turolense es similar y la prueba es que la corrosión no ha dado mucho trabajo a los carroceros.
122 empleos
La terminal aérea y las industrias que se han asentado a su alrededor dan empleo ya a 122 personas. En abril empezará a operar una escuela británica para formar pilotos comerciales.
22 anuncios
Desde su apertura en 2013, se han grabado 22 anuncios en la terminal. Sus enormes dimensiones y la nitidez de su atmósfera la han convertido en uno de los escenarios favoritos de los realizadores publicitarios.
Fin del artículo.
Fin del artículo.
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MÁS DINERO PÚBLICO PARA EL AEROPUERTO DE CAUDÉ
(Hasta la Cha se apunta)
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MÁS DINERO PÚBLICO PARA EL AEROPUERTO DE CAUDÉ
(Hasta la Cha se apunta)
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HERALDO DE ARAGÓN. 04/09/2015
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El consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y
Vivienda del Gobierno de Aragón, José
Luis Soro*, ha apostado en su visita al Aeropuerto de Teruel por ampliar el
aeródromo e impulsar la Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i).
Asimismo, ha destacado la labor que se ha llevado a cabo
durante estos años y ha anunciado que el Consorcio se constituirá,
previsiblemente, el lunes 21 para impulsar, entre otras cuestiones, la
pavimentación de la segunda fase de la campa, ha informado el Gobierno de
Aragón en una nota de prensa.
Soro ha visitado este aeropuerto para conocer las
instalaciones y ha apuntado que una de las cuestiones prioritarias y que está
pendiente con la empresa TARMAC es la pavimentación de la segunda fase de la
campa.
Esta permitirá ampliar la zona de estacionamiento "que,
en estos momentos y con una media de 40 aviones estacionados, ya comienza a
quedarse pequeña". Para Soro, también es importante acelerar otras
cuestiones, como los trámites para comenzar con el reciclaje de los aviones y
el estudio de construcción de un nuevo hangar.
* José Luis Soro pertenece al partido Chunta Aragonesista coaligado con el PSOE en el Gobierno de Aragón.
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