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lunes, 6 de noviembre de 2023

Noviembre2023/Miscelánea. VIDA DE SAN MILLÁN DE LA COGOLLA (BIBLIOTECA VIRTUAL DE MIGUEL DE CERVANTES)


Vida de San Millán de la Cogolla

Gonzalo de Berceo

[Nota preliminar: presentamos la edición de Vida de San Millán de la Cogolla de Gonzalo de Berceo, manuscrito 93 del Archivo del Monasterio de Santo Domingo de Silos, basándonos en la edición de Brian Dutton (Berceo, Gonzalo de, La «Vida de San Millán de la Cogolla», London, Tamesis Books Limited, 1967), cuya consulta recomendamos. Se opta por mantener las grafías del original eliminando las variantes gráficas no significativas, y por eliminar las marcas de editor, asumiendo, cuando lo creemos oportuno, las correcciones, reconstrucciones y enmiendas propuestas por Dutton. 


La vida de San Millán

 

Aquí escomiesza la hestoria de Señor Sant Millán, tornada de latín en romance, la cual composo Maestre Gonzalo de Berceo


1

Qui la vida quisiere          de Sant Millán saber

e de la su historia          bien certano seer,

meta mientes en esto          que yo quiero leer:

verá a do envían          los pueblos so haber.


2

Secundo mió creencia,          que pese al Pecado,

en cabo cuando fuere          leído el dictado,

aprendrá tales cosas          de que será pagado,

de dar les tres meajas          no li será pesado.


3

Cerca es de Cogolla          de parte de orïent,

dos leguas sobre Nájera,          al pie de Sant Lorent,

el barrio de Berceo,          Madriz li yaz present,

y nació Sant Millán,          esto sin falliment.


4

Luego que fue nacido,          los que lo engendraron,

envuelto en sos paños          a glesia lo levaron;

como la leÿ manda          baptismo demandaron,

diérongelo los clérigos,          de crisma lo untaron.


5

Luego que fue criado,          que se podió mandar,

mandolo ir el padre          las ovejas curiar;

obedeció el fijo,          fuelas luego guardar

con hábito cual suelen          los pastores usar.


6

Guardaba bien su grey          como muy sabidor,

so cayado en mano          a leÿ de pastor,

bien referié al labo          e al mal robador,

las ovejas con elli          habién muy grant sabor.


7

Habié otra costumne          el pastor que vos digo,

por uso una cítara          trayé siempre consigo,

por referir el sueño,          que el mal enemigo

furtar no li pudiese          cordero ni cabrigo.


8

Dioli estraña gracia          el pastor celestial,

nin lobo nin res mala          no li podié fer mal;

tornaba so ganado          sano a so corral,

facié a sos parientes          servicio natural.


9

Mas el Reÿ de Gloria          que es de grant ambisa,

quiso est ministerio          cambiar en otra guisa,

levantarlo del polvo,          darli mayor divisa,

lo que, cuando Él quiere,          aína lo aguisa.


10

Andando por las sierras,          su cayado fincado,

cumpliendo so oficio,          sus ovejas guiando,

fuelo de fiera guisa          el sueño apesgando,

apremió la cabeza,          fose adormitando.


11

Durmió cuanto Dios quiso          sueño dulz e temprado,

mientre yacié dormiendo          fue de Dios aspirado;

cuando abrió los ojos          despertó maestrado,

por partirse del mundo          oblidó el ganado.


12

Entendió que el mundo          era pleno de engaño,

querié partirse d'elli          e ferse ermitaño;

de levar non asmaba          nin conducho nin paño,

faciéseli el día          más luengo que un año.


13

Asmó un buen consejo,          todo Dios lo obraba,

que por prender tal vida          doctrina li menguaba;

supo que Sant Felices          en Billivio moraba,

la hora de veerlo,          veer no la cuidaba.


14

No lo metió por plazo          ni lo quiso tardar,

moviose de la sierra,          empezós' a desprunar

por medio de Valpirri,          un sequero logar,

fasta que en Billivio          hobo de arribar.


15

Entró en el castiello,          falló al castellero,

al varón benedito,          al feliz caballero,

al ermitán orando          en somo del otero,

plus humildosamientre          que un monje claustrero.


16

Cadioli a los piedes          luego que fo sobido,

díssol': «Mercet te clamo,          de voluntat la pido;

por partirme del mundo          voto é prometido,

quiérote por maestro,          por eso so venido.


17

»Querría esta vida          en otra demudar,

e vevir solitario          por la alma salvar;

de los vicios del mundo          me querría quitar,

pora eso te vengo          consejo demandar.


18

»No sé nada de letras,          vásmelo entendiendo,

de la sancta creencia          la raíz non entiendo.

Padre, mercet te clamo          a tos piedes yaciendo,

que en esti lacerio          vayas mano metiendo!


19

»Demás si saber quieres          do tengo la raíz,

en Berceo fui nado,          cerca es de Madriz,

Millán me puso nomne          la mi buena nodriz,

fasta aquí mié vida          con ovejas la fiz.»


20

Con esto Sant Felices          hobo grant alegría,

a Dios rendió las gracias          e a Sancta María;

entendió que non era          fecho por arlotía,

mas que lo mengeara          Dios de la su menjía.


21

Recibiolo de grado,          metió en él misión,

demostroli los psalmos          por fer su oración;

con la firme femencia          dioli tal nudrición,

que entendió la forma          de la perfectïón.


22

Fue en poco de tiempo          el pastor psalteriado,

de himnos e de cánticos          sobra bien decorado,

en toda la doctrina          maestro profundado,

faciése el maestro          mismo maravellado.


23

Cuanto en la cïencia          era más embebido,

tanto en la creencia          era más encendido;

ya querrié del castiello          fuera seer exido,

por tornar a los montes,          vevir más escondido.


24

Cuando lo que buscaba          hobo bien recabdado,

e de lo que dubdaba          fue bien certificado,

demandó al maestro          licencia el criado,

ca querrié a las sierras          tornarse de buen grado.


25

El maestro habiendo          duelo e grant pesar

otorgó la licencia,          no la podió negar;

dioli su bendición          como la debié dar,

cual la da buen maestro          a su buen escolar.


26

Fincose el maestro          do se solié fincar,

hóbose el discípulo          al monte a tornar;

nuncua más non leemos          nin podemos trobar

que se juntasen ambos          vivos en un logar.


27

Cerca es de Berceo          ond él fue natural,

encontra la Cogolla,          un ancïano val;

era en esi tiempo          un fiero matarral,

serpientes e culuebras          habién en él hostal.


28

Estaban grandes peñas          en medio del vallejo,

habié de yus las peñas          cuevas fieras sobejo;

vivién de malas bestias          en ellas grand concejo,

era por en grand siesta          un bravo logarejo.


29

El homne benedicto,          por seer escondido,

render a Dios el voto          que habié prometido,

en esfuerzo de Dios,          que es guïón complido,

metiose en las cuevas          que habedes oído.


30

Fueron las bestias fieras          con él fuert embargadas,

todas fuyién ant elli,          las cabezas colgadas;

si lis plogo o non,          cambiaron las posadas,

escombraron las cuevas          las bestias enconadas.


31

Otra cosa retraen,          mas no la escribieron,

y muestran los forados          que las sierpes ficieron;

las peñas foradaron          cuand ficar non podieron,

pero al homne bono          nul pavor nol' ficieron.


32

Ficó el homne bono          en las cuevas señero,

al so Señor sirviendo          como buen caballero;

martiriaba sus carnes          como leal obrero;

querié a todas guisas          merecer el dinero.


33

Rezaba bien sus horas,          toda su salmodía,

los himnos e los cánticos,          toda la ledanía;

rezaba so salterio          por uso cada día,

con todo est lacerio          habié grand alegría.


34

Amaba d'esti mundo          seer desembargado,

de la temporal vida          era fuert enojado;

bien amarié que fuese          so corso acabado,

e exir d'est exilio          de malveztat poblado.


35

Parientes e vecinos          habielos oblidados,

nol' membraba si eran          o vivos o pasados,

ca toda su memoria          e todos sus cuidados

eran del otro sieglo          de fuelgan los lazrados.


36

Al varón benedicto,          maguer tanto lazraba,

el so firme estudio          poco li semejaba:

bien espendié so tiempo,          bien se estudïaba,

la doctrina que priso          no la menoscababa.


37

Facié buena semienza,          buena semient semnaba,

la tierra era buena,          buen fruto esperaba;

non sabié la siniestra          lo que la diestra daba,

siguié el Evangelio          como Dios lo guiaba.


38

Facié el homne bono          preces multiplicadas,

que Dios diese acuerdo          a las yentes erradas,

cabtoviese las buenas,          salvase las cuitadas,

que de mal enemigo          non fuesen engañadas.


39

El varón acabado          de complida bondat,

ancïano de seso,          mancebo de edat,

vivié en esta vida          de tan grand sanctidat,

del so bien non podría          contar la meatat.


40

Pero que se querié          celar e referir,

hobo el so buen precio          al mundo a essir,

ca non debié tal cosa          el Criador sofrir,

por tan grand luminaria          así se encobrir.


41

Sonó la buena fama          entre los rïojanos,

las nuevas de los yermos          ixieron a los planos;

moviéronse con esto          los febles e los sanos,

por veer al sant homne          e besarli las manos.


42

El mont era espeso,          el logar pavoroso,

era por muchas guisas          bravo e perigloso;

no lo tenié ninguno          que era delectoso

si non el pastorciello          que era porfidioso.


43

Entendió el sant homne          que era mesturado,

al que lo mesturido          habieli poco grado;

vivrié si lo dejasen          sin tanto gasajado,

rezando so salterio          que habié afirmado.


44

Fue con esti roído          el fradre embargado,

con estas procesiones          fue mucho enojado,

ca habié otra guisa          so corso ordenado,

de los precios del mundo          habié poco cuidado.


45

Querié de mejor grado          vevir con las serpientes,

maguer son enojosas,          haben amargos dientes,

que derredor las cuevas          veer tan grandes yentes,

ca habié oblidados          por esos sos parientes.


46

Vío que del roído          non se podié quitar

si en esa posada          quisiese habitar;

hóbose de las cuevas          por eso arrancar,

ca non querié al so grado          el voto quebrantar.


47

Hóbose de las cuevas          por eso a mover,

de guis que nol' podió          nul homne entender;

metiose por los montes          por más se esconder,

con las bestias monteses          su vida mantener.


48

El varón esforzado          de la sancta creencia

habié con Dios señero          toda su atenencia;

levaba dura vida,          facié fuert abstinencia,

con los vicios del mundo          habié grant malquerencia.


49

Andaba por los montes,          por los fuertes logares,

por las cuestas enfiestas          e por los espinares;

encara hoy en día          parecen los altares,

los que estonz ficieron          los sos sanctos pulgares.


50

Nin nieves nin heladas          nin ventiscas mortales,

nin cansedat nin famne          nin malos temporales,

nin frío nin calura          nin estas cosas tales

sacar no lo podieron          d' entre los matarrales.


51

Nunca tornó la cara          el varón acordado,

nunca perdió un punto          de todo lo ganado;

mejoró todavía,          siempre fue más osado,

habié muy grant despecho          por esto el Pecado.


52

Fizo muchos ensayos          la bestia maleíta

por estorbar la vida          del sancto eremita;

mas la virtut de Dios          sancta e benedicta

guardolo como guarda          homne a su niñita.


53

Guerreábalo mucho          por muchas de maneras,

a cual parte que iba          tenieli las fronteras;

dábali a menudo          salto por las carreras,

mas no li valió tanto          como tres cañaveras.


54

El buen siervo de Cristo,          tales penas levando,

por las montañas yermas          las carnes martiriando,

iba ena Cogolla          todavía puyando,

e cuanto más puyaba,          más iba mejorando.


55

De la sue sancta vida,          ¿qui vos podrié decir?

No la podrié nul homne          asmar nin comedir;

non es qui la podiese          cual era percebir

fuera qui la podiese          en sí misme sofrir.


56

Andando por las sierras          el ermitán señero,

subió en la Cogolla          en somo del otero;

allí sufrió grand guerra          el sancto caballero

de fuertes temporales          e del mortal guerrero.


57

Y está hoy en día,          aún non es desfecho,

un oratorio dicen          que él lo hobo fecho;

allí daba a Dios          de sus carnes derecho,

martiriándolas mucho          e dándolis mal lecho.


58

Querrié si lo quisiese          el Reÿ celestial,

de que sobido era          en tal alto poyal,

quitarse del embargo          de la carne mortal,

lo que habié Dios puesto          en más luenga señal.


59

Dicié el buen cristiano,          facié sue oración:

«Señor, Reÿ de Gloria,          odi mi petición,

sácame d' est lacerio,          de tan fiera pasión,

yo la tu faz deseo,          ca otra cosa non.


60

»De que me adujisti          en tan alto puyar,

de qui toda la tierra          parece fastal mar,

si me lo la tu gracia          quisiese condonar,

Señor, aquí querría          de mi grado finar.


61

»Si tu esto quisieses          sofrir e otorgar,

del otero al valle          nom' querría tornar,

pero si tu ál quieres          e me mandas fincar,

quiero, maguer lazrado,          tu mercet esperar.»


62

Desend el homne bueno,          en hora buena nado,

por amor de los homnes          que serié barruntado,

cambiose del otero,          buscó otro collado,

ca de servir a Dios          non era enojado.


63

Cuarenta años visco          solo por la montaña,

nunca de homne hobo          nin solaz nin compaña,

nin victo nin vestido,          que es mayor fazaña,

¡confesor tan precioso          non nació en España!


64

Benedictos los montes          do est sancto andido,

benedictos los valles          do sovo ascondido,

benedictos los árbores          so los cuales estido,

ca cosa fue angélica,          de bendictión complido.


65

Creatura fue sancta          de Dios mucho amado,

que sin sermón ninguno          de Dios fue aspirado;

sufrió tan fuert lacerio          tiempo tan porlongado,

parece bien por ojo          que de Dios fue guiado.


66

Parece tan grant cosa          que de Dios fue guiada,

si non, non sufririé          atan fiera yelada,

nin tantos días malos,          nin tanta espantada,

mas Dios era por todo,          la sue vertut sagrada.


67

Tanto podió andar          de los homnes fuyendo,

pasciendo herbezuelas,          aguas frías bebiendo,

que vino en Moncayo          noches malas prendiendo;

siempre en bien punaba,          andando e seyendo.


68

Decir non vos podriemos          todas sues trasnochadas,

nin todos los logares          en qui tovo posadas;

destajarvos queremos          de las fuertes andadas,

sacarlo de los yermos          a las tierras pobladas.


69

El Reÿ de los Cielos          que nada non oblida,

que ant sabe la cosa          que homne la comida,

la fama del so siervo          de la preciosa vida

non quiso que sobiese          en el mont abscondida.


70

De los cuarenta años          no li menguaba nada

que tenié esta vida          tan fuert e tan lazdrada;

echoli Dios en cabo          una buena celada,

non serié menester          que non fuese echada.


71

Tarazona li dicen,          cibdad es derechera,

yace entre tres regnos,          de todos en frontera,

Aragón e Castiella,          Navarra la tercera,

dizrié qui la sopiese:          «Esto es cosa vera.»


72

De las otras noblezas          que habié la cibdad

de fablarvos en ellas          serié prolijidad,

de tornar en el bispo          es nuestra voluntad,

que era homne sabio,          amador de bondad.


73

Dimio era so nomne,          dizlo la escriptura,

homne bien enseñado,          sabidor de mesura,

por verdad vos lo digo,          sin otra apostura,

que nos buscó a todos          muy grant buena ventura.


74

El leal coronado,          bispo de la cibdad,

hobo barrunt certera,          sopo la poridad,

envïoli sues letras,          ruegos de amiztad,

que li diese sue vista          por Dios e caridad.


75

En oración estaba          el sancto confesor,

rezando e faciendo          preces al Criador;

vínoli el mandado          del bispo su señor;

el bon homne con ello          hobo poco sabor.


76

Empezó el sant homne          muy firme a plorar,

ca con esta carrera          habié muy grant pesar;

moviolo la grant premia,          ca temié de pecar,

si la obedïencia          quisiese desdeñar.


77

Con cual hábito pudo          pensose de mover,

non vos lo sé decir          ont lo podió haber;

desendió de los montes          en qui solié seer,

empezó la carrera          de la cibdad tener.


78

Entró en la cibdad          la cabeza primida,

la barba mucho luenga,          la crin mucho crecida;

dicién los homnes todos,          quisque por sue partida,

en homne tal fereza          que nunca fue oída.


79

Fue el ermitán Sancto          sobra bien recebido,

el bispo cuand lo vío          tóvose por guarido,

conosció bien que era          homne de buen sentido,

que a la obedïencia          vino tan conocido.


80

«Fradre -disso el bispo-,          téngotelo a grado

porque obedecist          tan bien a mío mandado;

maes aún non me tengo          que so bien entergado

si máes de tu facienda          non so certificado.


81

»Por caridad te ruego,          e en don te lo pido,

que me digas tu nomne,          e lo que has sofrido,

ont eres natural,          como fust convertido,

ca no es el to mérito          por seer abscondido.»


82

Millán fue embargado          con el conjuramiento,

non se cuidó veer          en tal aficamiento:

nos' podió denodar          contra el mandamiento,

recudioli al bispo          con todo complimiento.


83

Díssoli los parientes          de cual villa los hobo,

et como Sant Felices          en escuela lo tovo,

los años e los tiempos          que en los montes sovo,

et en esti comedio          cual cebo lo mantovo.


84

«Gracias -disso el bispo-          al Rey celestial,

que descubrió al mundo          tan preciosa señal,

non es esti tesoro          de precio sivuelcual,

de qui esto veemos,          aún veremos ál.


85

»Fradre -disso-, tue cosa          hásmela bien contada,

la voluntad agora          la tengo bien pagada;

veemos que mereces          en cielo grant soldada,

ca aves en est sieglo          fiera pena levada.


86

»Pero si tu lacerio          quieres bien encerrar,

e quieres mayor gracia          del Criador ganar,

quiérote dar consejo,          tu débeslo tomar,

que te quieras por Dios          en preste ordenar.


87

»Si tomares las órdenes          e la misa dissieres,

en Sancta Dei Ecclesia          to oficio complieres,

salvarás muchas almas,          varones e mugieres,

no lo porrás por plazo          si creerme quisieres.


88

»Debes el Evangelio          escuchar e creer,

el cabdal sin ganancia          no lo debes render,

debes por tus cristianos          la tu alma poner,

si non, Dios gran rencura          puede de ti haber.


89

»Los unos con consejo,          los otros con ración,

los otros con las obras,          los otros con sermón,

soltarás muchas almas          de la mortal prisón,

recibirás por ello          de Dios buen gualardón.»


90

Recudió el sant homne,          fueli obedïent:

«Señor -disso-, farelo          de mucho buena ment;

guíe nuestra facienda          el Rey omnipotent,

que los tres reyes magos          guïó en orïent.»


91

Fue luego sercenado          alto en derredor,

radiéronli la barba,          vestiéronlo mejor;

diéronli cuatro grados          al sancto confesor,

desent las otras órdenes          de dignidad mayor.


92

El confesor precioso          cuando fue ordenado

demandó la licencia          al buen obispo sagrado,

que se querrié venir,          sil' fuese condonado,

al barrio de Berceo          en qui fuera crïado.


93

Cuando hobo del bispo          la licencia ganada,

issió de Tarazona,          la bendición tomada;

metiose en carrera          la persona honrada,

veno pora Berceo          a sue propria posada.


94

Cuando fue en Berceo          el lazdrado varón,

nol' podié conocer          la sue generación;

a los unos placié          e a los otros non,

pero la clerecía          cogiolo en ración.


95

En Sancta Ëolalia          entró por rationero,

valié más el capítol          por el bon compañero,

guiaba bien so pueblo          el pastor derechero,

non como mercenario          nin como soldadero.


96

Metié doctrina sana          entre la clerecía,

ca tales habié d'ellos          que trayén grant folía,

con legos e con clérigos          lazdraba cada día,

contendié por levarlos          todos a mejoría.


97

Complié bien so oficio          com la orden mandaba,

maguer era novicio          maestro semejaba,

en fer a Dios servicio          Millán nuncua cansaba,

maes sobre lo ál todo          ena almosna puyaba.


98

Partielo a los pobres,          cuanto que Dios li daba,

al cristiano perfecto          de cras no li membraba;

el que de sue rencura          con él se consejaba,

cuando d'él se partié          pagado se tornaba.


99

Si ploguiese a Cristo,          a sue vertut sagrada,

que corriese la rueda          com era compezada,

la villa de Berceo          serié bien arribada,

mas fue a poco tiempo          la cosa trastornada.


100

Contendié el sant homne          en fer a Dios placer,

convertir los errados,          los pobres apacer;

mas en los clergos hobo          envidia a nacer,

la que hizo a Lucifer          en infierno caer.


101

Fueron alguantos d'ellos          de invidia tañidos,

fueron de mal venino          los malos corrompidos;

levantáronli crímenes          los torpes fallecidos,

los que él nuncua hobo          fechos nin comedidos.


102

Blasmáronlo que era          homne galeador,

que era de los bienes          del común gastador;

entendiolis los cueres          el sancto confesor,

porque tan mal erraban          hobo él grant dolor.


103

Dicié entre so cuer,          «Ay, Padre glorïoso,

que faces lo que quieres          como rey poderoso!

Siempre amé foír          esti sieglo astroso,

ca sabía que era          malo e perigloso.


104

»Señor, yo no podí          esto de ti ganar,

hobi por mis pecados          en elli a tornar;

en logar de servirte          búscote grant pesar,

cuando haben por mí          los homnes a pecar.


105

»Señor, si Tú quisieses,          yo mucho lo querría,

de vevir solitario          como vevir solía,

tornaría de grado          a la ermitañía,

ca fago grant enojo          a esta clerecía.»


106

El preste benedicto,          sacerdot derechero,

de Sancta Ëolalia,          do era racionero,

issió much encubierto,          todo solo, señero,

tornose a las cuevas          do morara primero.


107

Por complir su oficio          fizo y sue capiella,

cerca del oratorio          edificó sue ciella;

maguer era la casa          angosta e poquiella,

de precioso tesoro          estaba bien pleniella.


108

Señores, Deo gracias,          contado vos habemos

del so sancto lacerio          cuanto saber podemos,

e de las sues andadas          secund lo que leemos:

desaquí, si quisiéredes,          hora es que folguemos.