Mansueto de
Milán, Santo
Obispo, 19 de
febrero
Por: Redacción |
Fuente: santiebeati.it
Obispo
Martirologio
Romano: En Milán, de Lombardía, Italia, san Mansueto, obispo, que luchó
firmemente
contra la herejía de los monotelitas (c. 680).
Breve Biografía
Entre los tantos
y delicadas asuntos cristológicas sobre los que debatía la teología en los
primeros siglos de la Iglesia, se encontraba aquella que investigaba sobre si
en Cristo hay una o dos voluntades. En el primer caso se habla de
"monotelismo", y en el segundo de "duotelismo".
El problema
explotó en el siglo VII, con un Oriente preponderantemente monotelista. A tal
grado llegó la disputa, que incluso hubo intervenciones imperiales que llegaron
a prohibir bajo penas severas la continuación de la disputa.
En diversos
Concilios, en cambio, la cuestión se abordó condenando la posición monotelita
como un error pernicioso, ya que el monotelismo era en realidad una sutil
respuesta herética sobre la verdadera naturaleza de Jesús: la de ser verdadero
Dios y verdadero hombre, dogma proclamado por la Iglesia. La doctrina de la
presencia de dos voluntades en Cristo, la divina y la humana, fue reafirmada
por el Concilio de Letrán (octubre de 649), convocado por el Papa San Martín I,
lo que le costó la muerte, ordenada por el emperador, ya que la convocatoria
tenía una clara orientación duotelista.
La discusión se
prolongó algún tiempo, y entre los que tomaron parte en ella se encuentra san
Mansueto, cuadragésimo obispo de Milán. Su intervención en el Concilio de Roma
(marzo de 680) tuvo exactamente ese sentido: desaprobar el monotelismo y dejar
claro cómo las dos voluntades coexisten en Cristo, la voluntad humana sujeta a
la divina, pero permaneciendo activa, como verdadero hombre.
San Mansueto
estaba tan convencido de que estando de parte de Jesús se estaba de parte del
hombre que luchó valientemente contra el monotelismo en todas sus actividades,
sea como obispo, como organizador o escritor. Contra esta herejía (que, si
ponemos algo de atención notaremos que incluso en nuestros días aun existe,
algunas veces algo escondida), escribió un importante libro de argumentación
doctrinal.
Aunque su celebración es el 19 de febrero, en la liturgia ambrosiana su fiesta se traslada al 2 de septiembre, para que no caiga en Cuaresma.