DE LA LUCHA POR MANTENER EL STATU QUO
EN TERUEL, A LA “MODORRA” ELECTORAL ACTUAL
*
La sociedad medieval turolense hasta
la edad moderna, reinado de Felipe II (I de Aragón), se asienta sobre dos
pilares: EL FUERO y el CAPÍTULO GENERAL ECLESIÁSTICO. Las dos instituciones
están estrechamente ligadas por el interés político, económico y religioso
(ideológico). Por ello, los grandes conflictos que tiene la ciudad nacen de los
intentos, desde el exterior, de arrasar con una o con otra institución. Dos momentos son claves en nuestra historia.
El primero es el establecimiento del Tribunal del Santo Oficio en Teruel en
tiempos de Fernando II de Aragón. El segundo, corresponde a las llamadas
Alteraciones de Teruel y Albarracín en el reinado de Felipe II (I de Aragón).
Hoy día, ya que las dos instituciones
han desaparecido (Fuero y Capítulo), podemos decir que la institución que mejor sobrevivió fue la eclesiástica. Los “racioneros”
llegaron a estar vigentes hasta la segunda mitad del siglo XX porque, supieron
solaparse en el nuevo obispado sin desaparecer. Como señala López Polo en esta
ACTA del Capítulo, a muchos racioneros no les hacía “ninguna gracia” elevar el
capítulo a la categoría de obispado. Tanto el Capítulo como el Fuero
funcionaban al paso de los propios intereses de las familias más poderosas de
Teruel, por ello, el nombramiento de un obispo, que llegaba desde fuera
nombrado por el Papa, era un elemento de distorsión (lo mismo que lo era la
Inquisición). Por esa razón, una vez creado el obispado de Teruel, los
conflictos entre el obispo y el clero son permanentes. Son el resultado lógico
del choque de intereses entre lo local (parroquia) y la Iglesia (obispado).
Pasó Teruel la Edad Moderna con
cierta dignidad y no supo o no pudo afrontar la crisis con la que se inicia la
Edad Contemporánea. Teruel, al igual que el resto de la provincia es una zona descapitalizada,
desindustrializada y despoblada. Las perspectivas de futuro no son nada halagüeñas
y la lucha por el poder, ahora electoral, desganada. Las campañas electorales
son de puro trámite. Los estudios de las causas de la decadencia de Teruel y
provincia son abundantes pero, contrariamente, las soluciones son escasas. El alto
grado de dependencia exterior de la economía turolense (PAC y una variada gama de funcionariado) hace que seamos una tierra sumisa y poco
conflictiva.
ALGUNOS DATOS HISTÓRICOS ILUSTRATIVOS
*
Entre los años 1169 y 1171 se ocupan
las tierras y el entorno de lo que hoy es la capital turolense. No se tienen
noticias de que hubiese ninguna batalla de importancia.
*
En el año 1171 se da por conquistada
la villa de Teruel en nombre de Alfonso II de Aragón.
*
En el año 1176 (5 años después de su
ocupación), Alfonso II concede los famosos Fueros de Teruel. Estos Fueros no
tendrán una compilación definitiva hasta el año 1247.
*
Paralelamente la Iglesia
(institución) va creando sus estructuras de poder. El territorio (Comunidad de
Aldeas) lo rigen un arcipreste y un arcediano del Cabildo episcopal de
Zaragoza. En Teruel (villa) se crea EL CAPÍTULO GENERAL ECLESIÁSTICO. Santa
María de Mediavilla se la reserva el cabildo Zaragozano. Los bienes que obtiene
el "Capítulo" se dividen en cuatro partes: culto, clero (racioneros),
caridad y Cabildo zaragozano.
*
En el año 1317 el rey Jaime II
intenta elevar a diócesis el arcedianato turolense.
*
Pedro IV el ceremonioso concede el
título de Ciudad a la villa de Teruel (1347) y solicita al Papa su elevación a
Catedral (sin conseguirlo).
*
Finalmente el Papa Gregorio XIII, el
30 de julio de 1577 creó la diócesis de Teruel. El documento o bula se publica
el 15 de junio de 1578.
*
Jaime Jimeno de Lobera, tercer obispo
de Teruel, tras Juan Pérez de Artieda (1577-1578)
y Andrés Santos de Sampedro
(1578-1579) publica en 1588 las "CONSTITVCIONES SYNODALES DEL OBISPADO DE
TERVEL"
*
En resumen, el rey Felipe I de Aragón
decide consolidar el Señorío Eclesiástico de Teruel a costa del poder civil
(supresión de los Fueros de Teruel) y la desaparición progresiva del
"CAPÍTULO" estrechamente ligado al poder civil. A partir de este Rey
tenemos obispo pero no tenemos Fueros (salvo los generales de Aragón).
***
**
*
**
*