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miércoles, 19 de septiembre de 2018

Septiembre2018/Miscelánea. LOS POZOS DE CAUDÉ

 
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LAS GARITAS DEL CONSUMERO, LAS VENTAS PRÓXIMAS A LA CIUDAD Y LOS POZOS DE CAUDÉ
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En Alcañiz existía el ‘pago del consumo’, que consistía en hacer pagar la mercancía o género que se traía del exterior. Para efectuar dicho cobro, en los portales de entrada a la población había instaladas unas casetas, en las que unos funcionarios que se conocían como ‘consumeros’ hacían efectivo dicho cobro. Para que el personal menos pudiente economizase algún céntimo había en las carreteras de entrada al pueblo unas ventas en las que se podía consumir más barato. Allí se consumía café, vino, cacahuetes, sardinas, chorizos… (Publicado en “Andalán” por Carmen Magallón Portolés).
La misma circunstancia conocimos nosotros en Teruel. A la entrada a la ciudad por la carretera N-420, que viene de Alcañiz, junto a la casa del “Cagarruto” había una garita en la que el consumero cobraba un impuesto por la entrada de productos en la ciudad, generalmente comida y bebida. Para evitar el pago, dábamos un rodeo desviándonos por el cementerio y bajando, luego, hasta tomar la calle del Carrel. Cerca también de la ciudad,  por las carreteras de entrada a la misma había ventas, algunas de ellas ya desaparecidas, como la llamada Venta Pilata. De Zaragoza a Teruel el camino te llevaba por Caudé y Concud pero, al construir la carretera, se cambió el trazado y se llevó por el Alto de las Tahonas. Aquí se construyó una venta y se excavaron dos pozos. Los pozos son los ahora llamados Pozos de Caudé. Caudé siempre tuvo abundante agua y en cada casa había un pozo en el que el agua llegaba casi hasta el brocal. De Caudé se llevó agua hasta la estación minera de los Baños y, también, se tomó para la ciudad de Teruel. Posiblemente, en esta zona (término municipal de Caudé) el agua fuera más escasa y hubiera que excavar más profundo. Pero, este punto se hizo famoso, no por el agua, sino por los fusilamientos de republicanos que aquí se realizaron en la pasada Guerra Civil (36-39).

En principio nosotros conocimos dos pozos y es difícil saber el número de fusilados, por dos razones. La primera porque, lógicamente, los que fusilaban no querían dejar rastro y los cuerpos yacían sin identificación, la segunda, porque se llevaron los restos al Valle de los Caídos. Así que considero, casi imposible, identificar a las víctimas. La única manera son los testimonios de familiares que, sin duda, será lo más acertado.
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