EL LOBBY CATALÁN
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Mientras los ciudadanos de a pie
salimos a la calle a mostrar nuestro enfado con un ferrocarril tercermundista
abandonado a su suerte (en el tramo Lechago-Navarrete circula más lento que un tractor),
otro grupo de “presión” al que llamamos lobby visita los despachos políticos de
España y Europa. Hasta ahora se ha visto que ellos tienen más poder y que están
consiguiendo arruinar nuestra vía férrea. “Zaragoza”, se ha dejado engañar
hasta ahora, con el señuelo de una plataforma logística (PLA-ZA) que daría
remisión a la marginación que puede sufrir tan importante capital y nudo
ferroviario. Varias veces hemos criticado a Lambán, desde estas páginas, por
aliarse con nuestros naturales “enemigos”, por aliarse con el lobby catalán. Sin
embargo, las cosas pueden cambiar para Zaragoza si, como se pretende, los
empresarios catalanes logran montar una plataforma logística en Lérida. A
partir de ahí, Lambán, ha tenido que ir a ver a su homólogo valenciano Ximo
Puig para unirse frente al enemigo común.
Los vaivenes en la política se tienen
cuando no está bien definida la misma y, en este caso, no está bien definida la
política de transporte ferroviario que atraviesa el Pirineo y que comunica el
Atlántico con el Mediterráneo. Si todo o casi todo el transporte terrestre de
España sale a Europa por Cataluña… tenemos un problema, problema que se
acrecentará en el futuro vista la DUI que pretende el Gobierno catalán.
Si no traemos el Eje a Teruel, más de
la mitad de la provincia va a tener un futuro más que incierto. Basta mirar a
Molina de Aragón, una población alejada de todas las vías importantes de
comunicación (sin tren) y que lentamente sufre el zarpazo de la despoblación y
el abandono. Teruel, a duras penas resiste, gracias a que es capital de
provincia y tiene un elevado porcentaje de trabajadores que son funcionarios,
pero esto, quizá no sea para siempre porque, las estructuras administrativas
pueden cambiar y la Diputación Provincial desaparecer y, así, otros servicios
que antes se daban a toda la provincia y ahora pueden descentralizarse.
Es mucho lo que nos jugamos y
poderosos los enemigos con los que hay que combatir. Sobre todo, poderosos
enemigos económicos que con sus decisiones pueden volcar la voluntad de los
Gobiernos.
Por esta razón, toda la
concienciación personal basada en que el problema del ferrocarril en Teruel es
una cuestión vital, es poca. Armarse de razones, manejar bien los argumentos,
tener claro cuál es nuestro camino y cuáles son nuestros intereses, es fundamental
para no perder esta batalla. Una batalla que no se puede perder de
ninguna manera.
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