Lluís Companys pasa revista a las tropas en Alcañiz (Teruel)
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EL
GENOCIDA LLUÍS COMPANYS
Genocidio 1. m.
Exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza,
etnia, religión, política o nacionalidad.
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Por Frances A.
Picas
“Tengo en mis
manos un artículo publicado en Catalunya Cristiana el pasado 15 de julio, donde
se hace referencia a la muerte de Lluís Companys. Para un católico y catalán
como yo, y también para miles de cristianos y catalanes que recuerdan el año
1936, la figura de Lluís Companys es la de un político nefasto y detestable.
El 6 de octubre
de 1934, cuando se rebeló con las armas contra un gobierno legalmente
constituido, sus colaboradores asesinaron la misma noche a Mn. Josep Morta,
párroco de Navàs, incendiaron el templo parroquial, al igual que también
quemaron y profanaron los templos de Vilafranca del Penedès, Morell, Vilanova i
la Geltrú, Castellvell de la Marca y Sant Jaume dels Domenys.
El 20 de julio,
Companys proclamó la revolución por radio y en el discurso del 20 de diciembre
confirmó las estructuras anarcomarxistas. Durante sus treinta y dos últimos
meses de gobierno hasta que huyó por la Vajol, todos los templos de Cataluña
estaban cerrados al culto, profanados y quemados los altares y las imágenes.
Las escuelas cristianas fueron usurpadas y muchos sacerdotes, religiosos y
gente de bien fueron perseguidos a muerte. También se incautaron fábricas y
bienes.
Los jueces que
firmaron la sentencia de muerte de Companys siguieron la misma dureza de cuando
Companys firmó el fusilamiento de 190 militares de graduación en Barcelona en
1936. Asimismo, Companys firmó un gran número de penas de muerte, entre otras,
las de Sara Jordà, madre de nuestra amiga Rosa Maria Tutau, de Figueres.
Cataluña no fue vencida, como se
afirma en el artículo. Lean, por favor, las memorias del beato Pedro Tarrés,
vicepresidente de la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña. Este santo
catalán considera el día más feliz de su vida la derrota del ejército rojo en
Barcelona con la esperanza de que se volvieran a abrir los templos clausurados
y que Montserrat renaciera con todo el gozo bajo el canto del “Rosa d’abril”.
LLUÍS COMPANYS
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LLUÍS COMPANYS:
UN GENOCIDA COMO REFERENTE MORAL Y POLÍTICO DEL INDEPENDENTISMO CATALÁN
Por Francisco
Rubiales
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Dicen que los pueblos tienden siempre a parecerse a sus próceres y
modelos. Si eso es así, el independentismo catalán está siendo construido y
alimentado sobre mentiras, engaños, tergiversaciones y personajes indignos y
poco recomendables. Los Pujol son un referente, pero quizás el principal drama
sea la exaltación de Lluís Companys, todo un genocida al que los
independentistas adoran y consideran el gran referente moral del catalanismo.
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Todos los
españoles y muy especialmente los españoles catalanes, tenemos derecho a
conocer la auténtica historia. No podemos permitir que se nos sigan ocultando
ni tergiversando los hechos históricos.
Pretendo con
esta publicación arrojar un poco de luz sobre el perfil humano y político del
abyecto personaje que 77 años después de su desaparición sigue siendo el
referente moral e ideológico del independentismo catalán.
Y es que cuando
hablamos de los salvajes talibanes de Oriente solemos olvidar que en España, no
hace tanto tiempo, se perpetró una persecución religiosa como no se había
conocido desde los tiempos de la Roma pagana o la invasión islamita del año
711.
Uno de esos
asesinos en serie, no menos esforzado en sus labores criminales que el
carnicero de Lyon o "El Califa", fue el nacionalista catalán Luis
Companys, una deyección de la Segunda República a la que que no hace tanto
tiempo le han puesto monumento, calle y hasta el nombre del estadio olímpico de
Barcelona para mayor vergüenza de todos los ciudadanos de bien.
Según diversos
estudios considerados de máxima solvencia, el aludido detritus nacionalista
catalán creó 200 Comités de Milicias con el siguiente resultado:
Persecución
neroniana contra la Iglesia: 2.441 asesinatos de religiosos (1.538 curas, 824
religiosos, 76 monjas), incluyendo 3 obispos catalanes. En agosto de 1936 las
patrullas de Companys mataban 70 curas al día. Muchos eclesiásticos de las
provincias fronterizas pudieron huir de la Cataluña de Companys. Por eso en
Lérida fue exterminado el 65% del clero, en Tortosa el 62%, en Vic el 27%, en
Barcelona el 22%, en Gerona el 20%, en Urgel el 20% y el Solsona el 13%. En
fin, un 35% del clero de toda España fue asesinado en Cataluña. Por eso
Companys le confesaba a Juan Simeón Vidarte hablando de los frailes: “De esos
ejemplares aquí no quedan”.
Destrucción
artística y cultural. Como escribió Juan Bassegoda Nonell, director de la
Cátedra Gaudí: “Nunca en la dilatada historia de Cataluña se había producido un
conjunto de daños contra el patrimonio artístico tan sistemáticamente
organizado”. Salvo el rescate in extremis de Montserrat, la catedral de
Barcelona y poco más, la Generalitat legitimó los expolios y destrucciones:
joyas escultóricas, retablos barrocos, incunables, las pinturas de Sert en la
catedral de Vich… Incluso el canónigo catalanista Martí Bonet habla de “el
martirio de los templos”. En Barcelona ardieron 500 iglesias, incluida la
Sagrada Familia: todas menos 10. Se profanó la tumba de Gaudí, se quemaron 464
retablos de valor incalculable, se silenciaron las campanas.
Asesinatos por
militancia política: Companys acabó con 1.199 carlistas, 281 lligaires, 117 de
Acción Popular Catalana, 110 del Sindicato Libre, 108 falangistas, 213 de la
CEDA, 70 de Renovación Española, 36 de la Unión Patriótica.
Asesinados del
Círculo Ecuestre: 52 víctimas.
Asesinatos de
poetas y literatos: al menos 17 víctimas. El terror acabó apagando el genio
cultural catalán de toda una generación. La lista de intelectuales emigrados
superaría con creces a la de los que se quedaron….
Estos son los
hechos...que cada cual saque sus conclusiones.
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