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viernes, 7 de septiembre de 2018

Septiembre2018/Miscelánea. EL GENOCIDA LLUÍS COMPANYS

Lluís Companys pasa revista a las tropas en Alcañiz (Teruel)
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EL GENOCIDA LLUÍS COMPANYS
Genocidio 1. m. Exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad.
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Por Frances A. Picas
“Tengo en mis manos un artículo publicado en Catalunya Cristiana el pasado 15 de julio, donde se hace referencia a la muerte de Lluís Companys. Para un católico y catalán como yo, y también para miles de cristianos y catalanes que recuerdan el año 1936, la figura de Lluís Companys es la de un político nefasto y detestable.
El 6 de octubre de 1934, cuando se rebeló con las armas contra un gobierno legalmente constituido, sus colaboradores asesinaron la misma noche a Mn. Josep Morta, párroco de Navàs, incendiaron el templo parroquial, al igual que también quemaron y profanaron los templos de Vilafranca del Penedès, Morell, Vilanova i la Geltrú, Castellvell de la Marca y Sant Jaume dels Domenys.
El 20 de julio, Companys proclamó la revolución por radio y en el discurso del 20 de diciembre confirmó las estructuras anarcomarxistas. Durante sus treinta y dos últimos meses de gobierno hasta que huyó por la Vajol, todos los templos de Cataluña estaban cerrados al culto, profanados y quemados los altares y las imágenes. Las escuelas cristianas fueron usurpadas y muchos sacerdotes, religiosos y gente de bien fueron perseguidos a muerte. También se incautaron fábricas y bienes.
Los jueces que firmaron la sentencia de muerte de Companys siguieron la misma dureza de cuando Companys firmó el fusilamiento de 190 militares de graduación en Barcelona en 1936. Asimismo, Companys firmó un gran número de penas de muerte, entre otras, las de Sara Jordà, madre de nuestra amiga Rosa Maria Tutau, de Figueres.
Cataluña no fue vencida, como se afirma en el artículo. Lean, por favor, las memorias del beato Pedro Tarrés, vicepresidente de la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña. Este santo catalán considera el día más feliz de su vida la derrota del ejército rojo en Barcelona con la esperanza de que se volvieran a abrir los templos clausurados y que Montserrat renaciera con todo el gozo bajo el canto del “Rosa d’abril”.
LLUÍS COMPANYS
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LLUÍS COMPANYS: UN GENOCIDA COMO REFERENTE MORAL Y POLÍTICO DEL INDEPENDENTISMO CATALÁN
Por Francisco Rubiales
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Dicen que los pueblos tienden siempre a parecerse a sus próceres y modelos. Si eso es así, el independentismo catalán está siendo construido y alimentado sobre mentiras, engaños, tergiversaciones y personajes indignos y poco recomendables. Los Pujol son un referente, pero quizás el principal drama sea la exaltación de Lluís Companys, todo un genocida al que los independentistas adoran y consideran el gran referente moral del catalanismo.
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Todos los españoles y muy especialmente los españoles catalanes, tenemos derecho a conocer la auténtica historia. No podemos permitir que se nos sigan ocultando ni tergiversando los hechos históricos.
Pretendo con esta publicación arrojar un poco de luz sobre el perfil humano y político del abyecto personaje que 77 años después de su desaparición sigue siendo el referente moral e ideológico del independentismo catalán.
Y es que cuando hablamos de los salvajes talibanes de Oriente solemos olvidar que en España, no hace tanto tiempo, se perpetró una persecución religiosa como no se había conocido desde los tiempos de la Roma pagana o la invasión islamita del año 711.
Uno de esos asesinos en serie, no menos esforzado en sus labores criminales que el carnicero de Lyon o "El Califa", fue el nacionalista catalán Luis Companys, una deyección de la Segunda República a la que que no hace tanto tiempo le han puesto monumento, calle y hasta el nombre del estadio olímpico de Barcelona para mayor vergüenza de todos los ciudadanos de bien.
Según diversos estudios considerados de máxima solvencia, el aludido detritus nacionalista catalán creó 200 Comités de Milicias con el siguiente resultado:
Persecución neroniana contra la Iglesia: 2.441 asesinatos de religiosos (1.538 curas, 824 religiosos, 76 monjas), incluyendo 3 obispos catalanes. En agosto de 1936 las patrullas de Companys mataban 70 curas al día. Muchos eclesiásticos de las provincias fronterizas pudieron huir de la Cataluña de Companys. Por eso en Lérida fue exterminado el 65% del clero, en Tortosa el 62%, en Vic el 27%, en Barcelona el 22%, en Gerona el 20%, en Urgel el 20% y el Solsona el 13%. En fin, un 35% del clero de toda España fue asesinado en Cataluña. Por eso Companys le confesaba a Juan Simeón Vidarte hablando de los frailes: “De esos ejemplares aquí no quedan”.
Destrucción artística y cultural. Como escribió Juan Bassegoda Nonell, director de la Cátedra Gaudí: “Nunca en la dilatada historia de Cataluña se había producido un conjunto de daños contra el patrimonio artístico tan sistemáticamente organizado”. Salvo el rescate in extremis de Montserrat, la catedral de Barcelona y poco más, la Generalitat legitimó los expolios y destrucciones: joyas escultóricas, retablos barrocos, incunables, las pinturas de Sert en la catedral de Vich… Incluso el canónigo catalanista Martí Bonet habla de “el martirio de los templos”. En Barcelona ardieron 500 iglesias, incluida la Sagrada Familia: todas menos 10. Se profanó la tumba de Gaudí, se quemaron 464 retablos de valor incalculable, se silenciaron las campanas.
Asesinatos por militancia política: Companys acabó con 1.199 carlistas, 281 lligaires, 117 de Acción Popular Catalana, 110 del Sindicato Libre, 108 falangistas, 213 de la CEDA, 70 de Renovación Española, 36 de la Unión Patriótica.
 Asesinatos de periodistas: 54 víctimas. Coses de la llibertat de premsa sota la Generalitat nacionalista.Asesinatos de nobles: 31 víctimas.
Asesinados del Círculo Ecuestre: 52 víctimas.
Asesinatos de poetas y literatos: al menos 17 víctimas. El terror acabó apagando el genio cultural catalán de toda una generación. La lista de intelectuales emigrados superaría con creces a la de los que se quedaron….
 Para finalizar, hoy podemos afirmar sin temor a equívocos que los treinta y cuatro meses últimos del gobierno de Lluís Companys (de julio de 1936 a febrero de 1939) fueron una auténtica deshonra para Cataluña. Fueron sin lugar a dudar los años más siniestros de la gloriosa historia de esa queridísima tierra española llamada Cataluña.
 En 1939, Lluís Companys vencido en la guerra civil, se exilió, pero fue detenido en Francia, juzgado y fusilado en Barcelona el 17 de octubre de 1940. La historia nos indica que en julio de 1936 Companys había hecho fusilar 199 militares de los que se sublevaron en Barcelona, en el alzamiento de Franco y Mola.
Estos son los hechos...que cada cual saque sus conclusiones.
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