CAPÍTULO I
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Primero vino el profeta Pujol y habló a su pueblo: El Señor me ha dicho que esta raja que veis aquí, abierta con mi vara, dividirá la tierra y el mar en dos mitades. En una parte habitará el pueblo elegido (o sea nosotros) y, en la otra, el pueblo maldito (o sea los españoles). Y el profeta Pujol, por mano de la sacerdotisa Ferrusola, tomó sus "misales" y se los llevó a Andorra y otros paraísos fiscales
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CAPÍTULO II
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Después habitó la tierra prometida el profeta Mas-Pujol (maspujol) y levantando la vara hizo que se cumpliera la promesa. Dividió las aguas y las tierras y dijo: Al levante habitarán los catalanes y al poniente los españoles. Y así se cumplió, por mano del siervo del profeta, Puigdemont (DUI).
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CAPÍTULO III
Luego, el Señor envió al profeta-iluminado con la "TORRA" (Torá: significa
«acometer» y se halla etimológicamente ligado a las nociones de ley, enseñanza
e instrucción) y dijo a su pueblo: El Señor me ha dicho que separe a los buenos catalanes de los malos catalanes. Que los buenos catalanes habiten la tierra prometida y vivan felices y coman perdices. De la misma manera dijo, que los malos catalanes sean expulsados del paraíso y vaguen, mil años, por el desierto de los Monegros.
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AQUÍ COMIENZA EL CAPÍTULO DEL ÉXODO DE LOS (MALOS) CATALANES Y SUS EMPRESAS EXPULSADOS DE LA TIERRA PROMETIDA
(Pero, esa es ya otra historia)
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HUMOR MISCELÁNEO PARA
LECTORES CONTEMPORÁNEOS
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FUERA DE CONTEXTO
Pergamino de la TORÁ, donde se guarda la historia del autentico y verdadero pueblo catalán en su ÉXODO por el desierto de los Monegros (Aragón).
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