DEL PRD (OPERACIÓN ROCA) A CIUDADANOS
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El hundimiento de Unión de Centro
Democrático (UCD) hizo que los diversos sectores que la integraban buscaran un
nuevo lugar en el escenario político. Mientras los suaristas trataban de
refundar el centro desde el CDS, los democristianos se acercaron a Fraga y los
socialdemócratas se integraron en el PSOE. Los grandes huérfanos que dejó la
desaparición de UCD fueron los liberales. Este grupo intentó buscar su nuevo
lugar, en un primer momento, en torno a Antonio Garrigues Walker, quien lo
intentó sin éxito a través del Partido Demócrata Liberal (PDL). Finalmente fue
la llamada Operación Roca la que capitalizó dichos intentos. Así nacía el
Partido Reformista Democrático (PRD) en torno a la figura del político catalán,
con el propósito de formar un partido liberal-demócrata que fuera clave en la
política española. El proyecto generó un amplio interés en numerosos sectores
de la sociedad, que no tardaron en verse frustrados después del fracaso del PRD
en las elecciones de 1986.
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Ciudadanos nace en Cataluña y crece a
la lumbre (al calor) del nacionalismo
catalán emergente e independentista. Cuanto más nacionalismo, cuanto más
independentismo haya y se propague, más crece y se desarrolla el partido llamado
Ciudadanos de Rivera.
La primera seña de identidad de
Ciudadanos es la lucha contra el nacionalismo (catalán) y, la segunda, el
declararse liberal. Una contradicción natural en el seno del propio partido ya que el liberalismo (la doctrina liberal), tanto en Europa como en España, es
la creadora de la NACIÓN moderna. La nación se constituye, según la escuela
liberal francesa, tras la reunión “voluntaria y manifiesta” de un número mayoritario de individuos en un
territorio. El liberalismo no está contra el nacionalismo, es más, está en su
germen y en la esencia de su doctrina. Pero, a Ciudadanos le ha ido bien esta
lucha sin cuartel contra el nacionalismo/ independentismo catalán. Por ello
abandonar esta trinchera en la que ha nacido y se ha hecho mayor le cuesta. Así
pues, en la actual tesitura política le piden a Ciudadanos (se lo pide el PSOE)
que se defina. Está Ciudadanos en la tesis de luchar contra el nacionalismo
catalán (contra su propio vientre ideológico) o por el contrario está en la
tesis de querer convertirse en el gran partido de la otra nación, de la gran Nación Española. Le queda una tercera opción, convertirse en partido bisagra, sin más
futuro que apoyar a izquierdas o derechas según convenga.
Ciudadanos tiene una difícil papeleta
y en cualquiera de los casos se irá desinflando. Tiene la Nación Española (concepto) ya, suficientes defensores, aunque sean poco eficientes. Por ello, el que
Ciudadanos triunfe en este campo es muy difícil. El éxito de Ciudadanos y de
Podemos es el resultado coyuntural de la última crisis económica que pretendió
arrasar con el bipartidismo. Un bipartidismo o turnismo que nace con la
restauración borbónica: “Cristinita, guarda el coño… y de Cánovas a Sagasta y
de Sagasta a Cánovas”. Con esta ordinariez pronunciada el 24 de noviembre de
1885, el moribundo Alfonso XII elevaba la castidad de su esposa a la categoría
de razón de Estado. Ella sólo tenía 27 años, la misma edad que el Rey, que
moriría días después. Así pues, Cánovas y Sagasta crean un sistema que ha
funcionado (a veces bien y otras mal) en la España de las envidias para repartirse (turnarse) en el poder.
Ahora son, PP y PSOE, quienes representan estos dos modelos de la restauración
borbónica. De aquí se deduce el que los
nuevos partidos que quieren entrar en el reparto lo deban hacer como CONVIDADOS
TEMPORALES. Deben entregar su votos
graciosamente, sino, habrá nuevas elecciones hasta su desaparición total.
En estas estábamos cuando vemos la
enorme presión que está haciendo el PSOE sobre Ciudadanos y Podemos. ¡Solamente
hay un gallo en el corral! Y el gallo Sánchez quiere doblegar a estas
gallinitas tercas. Está por ver la talla de Rivera e Iglesias.
Él (Sánchez) se juega el poder, momentáneamente, pero ellos (ambos) su futuro político y el de sus partidos.
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