La Provincia de Teruel
por
JULIO PELAYO MARRACÓ
Secretario de la Diputación provincial de Teruel
Año 1965
La
Provincia de Teruel, por su extensión: 14.803,38 kilómetros
cuadrados (2,93 por 100 del territorio nacional), ocupa el noveno
lugar de las Provincias españolas. Se extiende desde los 39° a los
41° 21' de latitud Norte; y desde Io 53' a 3o 58' de longitud Este
del meridiano de Madrid. Limitada por un contorno casi convexo de 818
kilómetros de longitud, va bordeando la laguna de Gallocanta, Sierra
de San Martín, Campo de Romanos, Sierra de los Arcos, hasta el río
Algas y Peñagolosa en el Bajo Aragón o límite Norte de la
Provincia; sube a la Sierra de Javalambre, río Tajo, Cerro de San
Felipe, Muela de San Juan, Sierra del Tremedal y Sierra Menera. Todo
este perímetro la separa de las Provincias de Zaragoza, Tarragona,
Castellón, Valencia, Cuenca y Guadalajara. Y forma el vértice
meridional del Reino de Aragón, ocupando algo menos de la tercera
parte de esta región. La topografía, clima y suelo, permiten
definir en esta Provincia dos zonas naturales típicas perfectamente
delimitadas: la llamada Tierra Baja, al NE., y el altiplano turolense
con sus sierras más importantes a que luego aludiremos. La primera,
la Tierra Baja, comprende la totalidad de los Municipios de Híjar,
Alcañiz, Castellote y Valderrobres, con los Municipios de sus
correspondientes Partidos judiciales. Se trata de terreno
regularmente llano, en el que se destacan singularmente los montes de
Beceite y los del Maestrazgo, que marcan la línea con la Provincia
de Tarragona y Castellón, respectivamente. La casi totalidad de sus
tierras se halla por debajo de los 500 metros de altitud y está
regada por los ríos Martín, Regallo, Guadalope, Tastavins y Algas,
todos ellos afluentes del Ebro. Los macizos montañosos son escasos y
poco elevados. El clima de esta vasta comarca es templado, con
temperaturas anuales medias comprendidas entre los 14° y 18° C,
siendo raras las temperaturas inferiores a los 5o . Son frecuentes
los fríos cierzos del Norte, propios de la cuenca del Ebro. Las
lluvias son escasas: las precipitaciones anuales medias son próximas
a los 300 litros. Las nevadas, muy raras y poco persistentes, y más
frecuentes las nieblas. La altitud barométrica media es de 750
metros, con oscilaciones de 42 milímetros. La principal riqueza de
sus fértiles llanuras la constituye el olivo, los cereales y la vid.
Son afamados sus aceites, que se exportan al extranjero casi en su
totalidad. Tiene una densidad demográfica superior a la media
provincial. Su gran distancia y los elevados puertos que la separan
hace que las comunicaciones de sus distintos pueblos con la capital
de la Provincia sean escasas y difíciles. Su red de carreteras
intermunicipales resulta, en cambio, densa y suficiente, con buenas
salidas a Zaragoza, Tortosa y Castellón. El ferrocarril de los
directos de Madrid a Barcelona se interna en esta zona con un
recorrido de 22 kilómetros. El ferrocarril de Tortosa parte de La
Puebla de Híjar y la atraviesa en sentido NO-SE, después de un
recorrido de 81 kilómetros. El ferrocarril minero de Andorra a
Escatrón fue inaugurado en 1958. La histórica ciudad de Alcañiz
ostenta, de hecho, la capitalidad de esta comarca; fue Encomienda en
la época medieval y Corregimiento en los últimos tiempos de la Edad
Moderna, con censo de 10.350 habitantes. Con el nombre de Altiplano y
Sierras suele designarse a la totalidad del territorio provincial no
incluido en la Tierra Baja antes mencionada. Esta zona, por su gran
extensión, variedad topográfica, climatológica y agrícola, puede
considerarse como una zona natural propiamente dicha. Las tres
cuartas partes de su suelo se encuentran por encima de los 1.000
metros de altitud, siendo rarísimas las cotas inferiores a los 800
metros. Sus capitales históricas son Teruel, a 916 metros de altitud
sobre el Norte del meridiano, y Albarracín, a 1.171 metros, con una
población de 19.837 y 1.384 habitantes, respectivamente. Los
abundantes macizos montañosos y su compleja orografía delimitan
infinidad de valles y extensas y elevadas llanuras, que constituyen
auténticas comarcas naturales. La variedad y extensión reducida de
éstas, hace que sus delimitaciones resulten difíciles y complejas.
En una esquemática descripción merece destacarse el denominado
Campo del Jiloca. Es una extensa llanura flanqueada al Occidente por
las sierras del Tremedal y Menera, y al Oriente por las de Palomera y
Cucalón, con una anchura que oscila entre los 10 y los 20
kilómetros, extendiéndose en dirección SN. desde Celia, donde nace
el río Jiloca, hasta San Martín del Río, entrando en la Provincia
de Zaragoza, con una longitud aproximada de 65 kilómetros;
constituye una auténtica zona natural. Su clima es frío, con
temperaturas medias comprendidas entre los 10° y los 14° C. Las
máximas llegan hasta los 40° y las mínimas bajan hasta los —15°
y más. Las heladas son fuertes y frecuentes. No son raras las
nevadas que suelen cubrir el terreno durante algunos días. La
precipitación media es próxima a los 360 litros. Sus tierras son
feraces, regadas en buena parte y cultivadas en régimen de
minifundios. Produce remolacha, patatas, cereales, cáñamo, lino,
vid, azafrán, frutas abundantes y variadas hortalizas. Dentro de la
Provincia es la zona de mayor densidad demográfica. Está cruzada
con dirección Sur a Norte por el río Jiloca, cruzándole el
ferrocarril central de Aragón y la carretera de Teruel a Zaragoza,
que enlazan a todos sus pueblos entre sí y con la capital. La villa
de Calamocha, con buen comercio y mercado, ostenta la capitalidad de
la comarca. Del coto minero de Ojos Negros, mediante un ferrocarril
que la cruza y que desemboca en el puerto de Sagunto, se extraía
últimamente la décima parte del mineral de hierro español, cuya
producción en estos momentos ha decrecido sensiblemente por causas
económicas. Otro coto minero, el de Libros, llegó a producir
anualmente más de 10.000 toneladas de mineral de azufre. En la
actualidad tiene la producción totalmente paralizada. En las zonas
altas de este altiplano y sus serranías, su principal riqueza radica
hoy día en el aprovechamiento ganadero y la gran masa forestal para
la producción de maderas, leñas y resinas, a que luego aludiremos.
Esta gran comarca la integran los Partidos judiciales de Teruel,
Albarracín, Calamocha y Mora de Rubielos. El resto de la Provincia
comprende los Partidos de Montalbán y Aliaga, y está constituido
por extensos macizos montañosos y elevadas mesetas, con altitudes
comprendidas entre los 400 metros y algunas cumbres que superan los
2.000 metros de altura. Su clima es también extremado, con
temperaturas medias inferiores a los 12° C. y mínimas que bajan de
los —20° C. en algunas épocas del año. Las heladas son fuertes y
pertinaces y cubren frecuentemente el terreno desde noviembre hasta
el mes de abril. Son también frecuentes las tempestades de primavera
y los chubascos de estío, que suplen la falta de lluvias
estacionales. Los suelos agrícolas son escasos y pobres. Los pastos,
en cambio, son abundantes y frescos, especialmente para el ganado
ovino, que abunda en estas comarcas. El subsuelo encierra bastantes
riquezas mineralógicas. En ella se encuentra la casi totalidad de
los yacimientos carboníferos de la Provincia, que en la actualidad
suministra más de la tercera parte de la producción nacional de
lignitos. Esta comarca adolece de comunicaciones insuficientes. Las
carreteras son escasas y de trazado dificultoso. La cruza el
ferrocarril minero de Utrillas a Zaragoza. La complicada orografía
de esta Provincia y su extraordinaria altitud media constituyen sus
características geográficas más destacadas. Tal circunstancia, así
como su continentalidad, hacen que todas las corrientes que discurren
por su territorio provincial nazcan dentro de la misma. Las recién
nacidas corrientes, poco caudalosas y de curso tortuoso, corresponden
a cinco cuencas hidrográficas. Aludiremos a la cuenca del Ebro, que
se acerca al límite de la Provincia por la Tierra Baja o Bajo
Aragón. El río Jiloca que, como hemos dicho, nace en la caudalosa
fuente de Celia. El río Huerva, que nace en el término de Fonfría
y desemboca en el Ebro. El río Aguasvivas, al igual que el Moyuela,
nacidos en los términos de Piedrahita y Allueva, respectivamente. El
río Martín, que nace en Vivel del Río y desemboca en el Ebro por
Escatrón, a poco de abandonar la Provincia. El río Guadalope, que
igualmente desemboca en el Ebro después de salir de la Provincia por
Alcañiz hasta Caspe. Los ríos Matarrañas y Algas, procedentes de
las Provincias de Castellón y Tarragona, respectivamente. El río
Guadalaviar, que nace en el término del mismo nombre, desembocando,
tras largo recorrido por la Provincia, en el Mediterráneo por
Valencia. El río Alfambra, que nacido en el término de Gúdar,
confluye en el Guadalaviar o río Turia, en la ciudad de Teruel. Los
ríos Ebrón, Arcos, Mijares, de escaso valor hidrológico para esta
Provincia. El río Júcar, que nacido en la Sierra de Albarracín, se
interna en la Provincia de Cuenca hacia las tierras valencianas. Por
último, el río Tajo, que nace en la Muela de San Juan, Sierra de
Albarracín, y tras un breve recorrido por esta Provincia se interna
en la inmediata de Cuenca.
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LA CAPITAL
Teruel es
un municipio y
ciudad española situada
en el sur de Aragón,
capital de la provincia homónima.
Con 36 713 habitantes (INE 2024),
es la capital provincial menos poblada del país. Ubicada en la zona
centro-oriental de la península ibérica,
a una altitud de unos 915 m sobre el nivel del mar, se encuentra
en la desembocadura del río Alfambra en el Guadalaviar,
conocido desde su nacimiento como Guadalaviar o Turia.
Su clima se caracteriza por presentar inviernos muy fríos y veranos
cálidos/templados y secos.
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