Felipe VI, rey constitucional de España, obstenta la representación de la Jefatura del Estado Español
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El escudo heráldico de la ciudad de Teruel (versión de gala) está flanqueado por dos bandera de España.
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La jura de
bandera en Teruel tendrá lugar el día, 30 de marzo de 2019
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ORIGEN Y TRAYECTORIA DE LA BANDERA DE ESPAÑA
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Los colores rojo y amarillo fueron
utilizados, primero, por los romanos durante su Imperio en forma de cintas que
adornaban las lanzas en ceremonias militares. Luego fue el Papado, como
“heredero” del Imperio, quien hizo de ellas su señal. Pero es en la Baja Edad
Media (siglos XI-XV), cuando aparece la heráldica de una manera formal, el
tiempo en el que aparecen los colores en la monarquía aragonesa. Los
escudos, marcas o señales, son símbolo de vasallaje feudal. El rey de aragonés
se hace vasallo de Roma y toma los colores del Papado. Posteriormente, estos
colores los extiende el rey de Aragón por el Mediterráneo (“todos los peces del
Mediterráneo llevaban marcadas las barras del rey de Aragón), como señal de
dominio y de diferenciación necesaria.
Desaparecidos, suprimidos o derogados
los reinos españoles con Felipe V de Borbón, se impone la necesidad de
identificar nuestra Armada frente al exterior. Por esa razón
en el primer lugar en que aparecen los colores rojo y amarillo en el nuevo
Estado es en la Armada. Carlos III, buen conocedor del Mediterráneo y, rey de
Nápoles y Sicilia antes de serlo de España, se pone manos a la obra. Establece
(es monarca absoluto) que toda la Armada española lleve como símbolo de
distinción (pabellón) una bandera bicolor a imagen y semejanza de la que levaba
la flota del rey de Aragón. Es, pues, en esta la ocasión, la primera en que
España tiene un símbolo común siquiera sea únicamente en la Armada. Todo esto
se entenderá mejor si comprendemos como llegó Carlos III a ser rey de España:
Carlos III de España heredó inicialmente de su madre los ducados de
Parma, Piacenza y Toscana (1731); pero más tarde, al conquistar Nápoles Felipe
V en el curso de la Guerra de Sucesión de Polonia (1733-35), pasó a ser rey de
aquel territorio con el nombre de Carlos VII. La muerte sin descendencia de
Fernando VI, sin embargo, hizo recaer en Carlos la Corona de España, que pasó a
ocupar en 1759, dejando el Trono de Nápoles a su tercer hijo, Fernando IV.
Así quedaron las cosas hasta que hubo
una nueva circunstancia que creó la necesidad de identificarse (España)
antes sus adversarios. Esta ocasión llegó con motivo de la Guerra de la
Independencia contra Napoleón. Con el grito del Alcalde de Móstoles: “Españoles,
la patria está en peligro”, nace un nuevo concepto, el de la soberanía
popular y con él, la Edad Contemporánea en España. La Patria es patrimonio de
todos y, los ejércitos, ya no los paga el rey, por contra, todo el pueblo unido
debe defender la Patria o lugar común de todos los españoles.
Los banderines de enganche para reclutar los soldados en esta guerra serán de
color rojo y amarillo. Decimos siempre los colores y no la forma de la bandera,
pues esto tiene relativa importancia.
La bandera es símbolo de España de una
forma definitiva y con el formato actual con ocasión de la entronización de
Isabel II y la creación formal del Ejercito Español, como ejército popular de
levas obligatorias. Todo español está obligado a defender a la Patria, bien por
sí mismo, o por medio de otra persona que lo sustituya.
A partir de aquí la bandera bicolor
recorrerá todas las peripecias de la historia de España. Será la bandera de los
reyes (casas de Borbón y Saboya), del pueblo, de los intelectuales,
de los revolucionarios, del ejército y de la marina. Será, también, la bandera
de la Primera República. En Teruel será la bandera de Víctor
Pruneda, revolucionario liberal y republicano y, el escudo de gala de la
ciudad de Teruel, porta dos banderas de España como consecuencia del episodio
entre Narváez y Ena (ver en Miscelánea). Los concejales de la
ciudad de Teruel llevan con orgullo el pin con el blasón de gala de la ciudad
(que porta ¡ojo! dos banderas bicolores), aunque algunos de ellos
luego, se manifiesten por la calle, con la tricolor.
La bandera de España solamente la han
rechazado los Carlistas, colocando en su lugar la tradicionalista que suponía
la vuelta al absolutismo. En la misma línea los comunistas (bajo las formas de
anarquismo, marxismo-leninismo, estalinismo, trotskismo o populismo, que
proponen regímenes dictatoriales-totalitarios) han rechazado vehementemente la
bandera española. La bandera republicana que reivindican algunos sectores de la
izquierda revolucionaria (el PSOE y el PCE-eurocomunista reconocieron
la bicolor en la transición) es una bandera totalitaria de regímenes
extremos. La Segunda república española terminó siendo Estalinista y, es ese
periodo en particular, al que hacen referencia al enarbolarla.
Recordar que la Segunda República fue
ilegitima, es decir, originariamente no conforme a las leyes, pues nace de un
movimiento revolucionario en el que el traspaso de poderes se hace en casa de
Gregorio Marañón. Con las primeras elecciones y la participación de las fuerzas
monárquicas en las mismas se establece como “legal”. No hay nación sin el
concurso / integración de todos los ciudadanos en el sistema. Principio
nacionalista que ahora se reivindica con pasión, incluso por los catalanes en
su propio beneficio.
Así pues, la BANDERA ESPAÑOLA ha servido
a la monarquía a la república, a la independencia de España, en la lucha contra
el carlismo y contra el marxismo. Ha sido bandera de revolucionarios como Pruneda,
de intelectuales como Costa y, ha sido bandera y paño de lágrimas, hasta de
esos soldados del pueblo que iban a morir en guerras coloniales y
cantaban: Banderita tú eres roja / banderita tu eres gualda…