¿Cómo surge el fanatismo religioso entre los primeros
cristianos? Sin duda tiene origen en una serie de hechos que comienzan con la caída
de Jesús como líder de los Nazoreos. Pilatos no ve culpa en Jesús porque le da
dos respuestas categóricas: “Mi reino no es de este mundo” y “Dad al Cesar lo
que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”. A partir de ahí los sumos sacerdotes
consideran que es un hombre acabado y prefieren salvar a Barrabás (que se batía
el cobre contra los romanos) que a Jesús. Los seguidores de Jesús no tuvieron
ninguna importancia ni trayectoria entre el pueblo judío. Jesús para los judíos
no es más que un profeta menor. Pero aparece Pablo que hizo de la necesidad
virtud. Realmente Pablo es el creador de la religión católica. Tres cosas hace
Pablo: 1ª.- Predicar entre los gentiles (todos aquellos que no son judíos) y
encuentra terreno abonado en un imperio que estaba carente de valores
transcendentales. El crecimiento de los
cristianos será exponencial. 2ª.- Incorpora las teorías del alma de Platón y sobre
todo de Aristóteles a la nueva religión. Esta concepción del alma será
determinante para entender la aparición de un gran número de mártires. Y finalmente, en tercer lugar, les anuncia la omnipotencia de Dios. El Cristianismo estará siempre con
el poder, sea quien sea quien lo detente.
Los apóstoles y el propio San Pablo anuncian reiteradamente
el fin de los tiempos. Como pasa el tiempo y no llega, nace el mito del “milenarismo”.
El fin del mundo llegará en el redondo y mágico año MIL.
Entre tanto algunos cristianos ansiosos de llegar al cielo lo
antes posible optan por el martirio. El martirio, como segundo bautismo o
bautismo de sangre, les coloca en la cúspide de los creyentes y en la mayor
cercanía a Dios. Con el martirio, en primer lugar, su alma llega directamente y
de forma preferente al cielo (así lo vemos representado en multitud de escenas
religiosas). Luego, esperando la pronta llegada del Juicio Final vendría la
unión con su cuerpo y el goce de la eternidad en presencia de Dios.
Esta actitud estuvo, según cuentan, criticada por la misma
Iglesia. Pero de esta época hasta Constantino hay un periodo en el que aparecen
gran número de mártires, particularmente en la época de Diocleciano. Una veces son individuos singulares y otras (las
Santas Masas) en conjunto.
Este fanatismo religioso llevó a una acción destructiva hacia todo el resto de culturas, destrozando en particular el legado de la cultura clásica de Grecia. Pero ese es otro capítulo.
"Así, (el martirio) es visto como un favor de Dios que permite al
fiel rehuir las tentaciones de este
mundo y acceder a los secretos divinos. Además, aparece como un segundo bautismo o, adquiriendo un valor
de expiación, pues se destaca como una
nueva gracia bautismal que borra los pecados de manera definitiva. Un tercer
aspecto lo constituye la idea de que la muerte heroica del mártir rememora
la victoria de Cristo en la cruz y
anticipa la resurrección; aquellos que mueren violentamente, como es el caso de los mártires en tiempos de
las persecuciones romanas, son modelo de
santidad. Los mártires se situarán por encima no sólo de aquellos
dedicados al oficio eclesiástico
(presbíteros, diáconos), sino también de los profetas. De aquí que
surgiera posteriormente el deseo
desmesurado de martirio entre los cristianos, actitud que será denunciada y combatida por los propios
miembros de la Iglesia." (Mª Amparo Mateo Donet)
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