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P´A SAN ANTÓN, GALLINICA PON
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En cualquier momento del año llegas al supermercado y encuentras huevos en los lineales. Eso se llama "abastos", es decir estar abastecido el mercado de productos, una de las mayores preocupaciones que un Gobierno responsable tiene. En Teruel es conocido el edificio de "abastos".
De la subcomarca llamada Campo Romanos salen todos los días para la venta más de un millón y medio de huevos (1.500.000). Bien, ahora supongamos que todas esas gallinas del Campo Romanos estuvieran sueltas por el campo (gallinas camperas), el resultado es que algunos meses del año no tendríamos huevos (ningún huevo por la parada invernal) y la inmensa mayoría del año no estaría abastecido el mercado (consecuentemente el huevo estaría muy caro). Dice la sabiduría popular: "Para San Antón, gallinica pon". Todos sabemos que las gallinas de corral hacen parada invernal. Ahora no lo hacen porque se les engaña. La razón es que el mercado debe estar abastecido, es una exigencia del consumidor. Extendamos este mismo ejemplo a otros productos del campo. La tierra es finita y sus habitantes crecen exponencialmente. Cómo abastecerlos a todos (9.000.000.000 de habitantes) de productos. Para ello está la agricultura "intensiva" y "superintensiva". Si sometes a la población a la hambruna, hay dos soluciones: la emigración o la guerra civil. El hombre no soporta el hambre. Que sucede con los estados como Venezuela, Cuba... etc. Pues, que la gente tiene que emigrar masivamente. No hay trabajo, no hay abastos, no hay comida.
Si todas las gallinas fueran camperas no habría huevos para todos. Pero, quién se come los huevos camperos, pues los ricos. Quién hace la publicidad de los huevos camperos, los partidos de izquierdas, los partidos proletarios. Yolanda Díaz es ecologista, pero viste de marca y come huevos camperos. ¡Así cualquiera! La hipocresía se ha instalado en la política.
El sentido común nos dice que el ciudadano tiene que estar abastecido de alimentos a unos precios razonables. Puede haber "delicatessen" pero estas cosas nunca serán cotidianas para el pueblo llano.
La economía tradicional (autárquica) se preocupaba sobremanera por los abastos en invierno, época que en los climas templados, la naturaleza está parada. Dice un refrán popular: "Para San Antón de enero, la mitad del pajar, la mitad del granero y el puerco entero". Era fundamental, administrar los alimentos para las personas y los animales. La peor época era la primavera: "cuando la aliaga florece, el hambre crece".
Toda esta sabiduría popular ha desaparecido porque los lineales del supermercado están siempre llenos. Ahora queremos más. Queremos tener a la gallina sentada en el sofá. Hemos perdido las referencias. Nos decimos ecologistas sin tener ni puñetera idea de lo que esos es. Esto no es echar una carta a los reyes magos. Los que primero sienten en su estómago las consecuencias de una mala política es el pueblo llano.
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