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lunes, 26 de febrero de 2024

Febrero2024/Miscelánea. LA ENVIDIA Y LA CARIDAD (DOS CONCEPTOS QUE NOS RETRATAN COMO ESPAÑOLES)

LA ENVIDIA Y LA CARIDAD

…yo soy un Fraile Francisco, y por consiguiente ni puedo ni tengo que darles; pero si pudiera tener, sería muy limosnero…

(Fray Pedro Selleras)

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 Buscamos en el diccionario el significado de estas dos palabras: envidia y caridad.

Envidiar.- 1. tr. Tener envidia, dolerse del bien ajeno.2. tr. Desear, apetecer algo que tienen otros.

Caridad.- 1. f. En la religión cristiana, una de las tres virtudes teologales, que consiste en amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos. 2. f. Virtud cristiana opuesta a la envidia y a la animadversión.

Para los cristianos la envidia es un pecado y la caridad, una virtud. Pero yendo tan unidas dudo que la caridad, muchas veces, sea una virtud.

LA ENVIDIA

La envidia, se ha dicho muchas veces, que es el pecado capital de los españoles. Está extendida como una plaga por toda la geografía española. La envidia se manifiesta contra el rico, contra el que triunfa, contra el que adquiere mérito por medios propios o ajenos. Contra el que tiene cualidades propias o adquiridas con su esfuerzo. La envidia es como la hoz del monje Ramiro I de Aragón: “corta las coles que sobresalgan”. La envidia saca lo peor de nosotros mismos y tiene frases lapidarias que así lo manifiestan. Hay una frase acuñada en Zaragoza que refleja esta desazón ante el que triunfa: LO TUYO MAÑO, FLOJICO, FLOJICO. Tiene además, este defecto (o pecado), una proyección nacida del mal entendido (o comprendido) sentido de la solidaridad o más bien del socialismo como ideología. Aupada por el principio de que todos debemos ser iguales, se manifiesta en todo su esplendor y en todas las clases sociales. Todos debemos ser iguales ante la Ley, sí; pero todos debemos ser diferentes como ciudadanos y seres humanos (no máquinas). Esto no lo entiende el español que dice profesar el socialismo.

LA CARIDAD

Envidiamos al que se compra una casa de muchos millones. Ahora bien, si se le incendia, acudimos prestos a socorrerle. Esta perversa actitud no es de verdadera caridad sino que es, la cara perversa de la envidia. Por fin lo tenemos donde queríamos.

La caridad se ha cultivado profusamente en España. Y, hay un reguero de ejemplos que se manifiestan en determinadas conductas que han llegado hasta nuestros días. La caridad la ha combatido sin éxito el socialismo señalando: contra la caridad, la justicia social. Pero en un país como España no podía triunfar esta doctrina. Nos alegramos profundamente del que ha caído en la desgracia, en la enfermedad o en la miseria. Y, no digamos, en los sepelios.

La Iglesia y la nobleza en los días de fiesta se aprestaban (se regodeaban) en hacer caridad. Bien es sabido que un día de caridad al año no resuelve el problema del pobre pero limpia la conciencia del rico. En el programa de fiesta de Teruel del año 1902 se establecía que, aquellos que lo fueran, debían de “acreditarse de pobres” para recibir, ese día, una limosna patrocinada por el Obispado y en Concejo.

Para Reyes, San Valero, San Blas, Pascua Florida, fiestas mayores, etc, etc. es costumbre, todavía, el roscón con dos huevos. Este roscón representa la caridad que se hacía ese día con los pobres: un pan y dos huevos era comida excepcional en el pasado, hoy es, una reminiscencia que nadie asocia con la caridad.

Apliquemos estos conceptos a el incendio de Valencia: Envidia porque los afectados habían comprado pisos de lujo. Caridad (sin medida) porque han caído del pedestal, porque se han quedado sin nada. Todo ello cuando la caridad no es necesaria puesto que las instituciones les han provisto de todo lo necesario (hay justicia social).

Envidia y caridad dos conceptos que usamos hasta para votar. Manifiesta es la alegría que nos invade cuando encontramos un ministro (un Ábalos) corrupto.

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