Nada más bajar las escalerillas del Rabal, a mano izquierda, tenemos la calle El Cuervo y el estanco que vemos en la foto. Este estanco se hizo famoso en tiempos de Franco, cuando circulaba una revista de humor titulada "La Codorniz" (subtitulada: "La revista más audaz para el lector más inteligente"), una revista que pretendía ser un punto de inflexión dentro de la dureza de una dictadura. Como los propietarios del estanco eran también adjudicatarios del depósito de explosivos de Teruel (el polvorín), colocaron en la puerta las dos actividades comerciales que regentaban y la cosa quedó de la siguiente manera: "TABACOS EXPLOSIVOS". Dadas las críticas que se realizaban a las "labores" con las que abastecía el régimen a los fumadores (Celtas, Cuarterón, etc.,) el chiste resultó muy graciosos. La calle El Cuervo limita por detrás con el Archivo Histórico y a punto estuvo este edificio, como el mercado de la plaza de Domingo Gascón, de ser derribado para instalar una estación de autobuses. Ya se veía que los bajos de la Fonda Utrillas no reunían las condiciones adecuadas.
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Primer tramo de la calle mayor del Arrabal, va desde la escalerillas hasta la calle Fuentebuena. En este tramo había un bar muy famoso en Teruel llamado "El Yecla". En el se reunía la progresía turolense. No era un bar común y corriente pues se hacían charlas, coloquios, cine-forum, debates... todo tutelado por "El Partido" y allí conocí a Ánchel Conte Cazcarro (entre otros destacados miembros de PCE en Teruel).
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En este segundo tramo tenemos, en primer lugar y a la derecha, la calle Fuentebuena en la que se colocó una fuente de las que hizo Pierres Vedel y que ahora está pegada a la fachada de la casa del Deán en la plaza de la Catedral (idea de Ángel Novella Mateo). Después, y a la izquierda, la calle Játiva que baja hasta la calle de la Alforja y juntas hasta la iglesia de la Merced. Continúa la calle con entrantes y salientes hasta la plaza.
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Aspecto que presenta este segundo tramo en el que se ha eliminado casi todo lo que quedaba de arquitectura popular. Todo ello, víctima del bum de ladrillo y de un Ayuntamiento que no ha sabido preservar los valores arquitectónicos de esta zona.
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Segundo tramo, con un ejemplar de arquitectura popular que permanece, milagrosamente.
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Ya estamos en la plaza Mayor del Rabal y aquí el camino medieval torcía a la izquierda, hacia la Merced, por la calle de la Alforja.
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La calle de la Alforja se junta con la de Játiva y bajan hasta la Merced.
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Curva que hacía aquí el camino medieval de Teruel a Zaragoza. A la derecha la calle de la Alforja.
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Bajada de la calle de la Alforja para juntarse con la de Játiva.
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Un rabalero (Chisco) con sus dos hijas.
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Torre de la Merced y casa del curato. Desde aquí el camino discurría por la calle de El Carrel hasta El Cagarruto, Rocha del Peirón y Llanos de San Cristóbal. Rabal significa rabo, extremo, apéndice... lugar por el que se prolonga una población. Está fuera de los muros de la ciudad y por tanto desprotegido. Los individuos que viven aquí gozan de particular liberalidad. Cuando atacaban los carlistas los rabaleros se iban a la ciudad amurallada y dejaban sus casas vacías y abiertas. Con todo, muchas veces les pegaban fuego, los contrarrevolucionarios, al marcharse.
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