Bajando por la Cuesta de los Gitanos y tras pasar el puente bajo el ferrocarril, llegas a la fábrica de harinas La Milagrosa.
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Es un modelo de empresa
paternalista, funcionó hasta bien entrado el régimen de Franco. La empresa y el
trabajador forman un todo indisoluble. En la provincia de Teruel hemos tenido
ejemplos significativos en la Térmica de Aliaga, en las Minas y Ferrocarriles
de Utrillas (MFU), también, en Ojos Negros y en la Azucarera de Santa Eulalia.
La empresa lo proveía todo, casa, escuela, economato, transporte, con precios
muy económicos. Esta fábrica de harinas de Teruel es pequeña en comparación a
las citadas anteriormente, pero, en cierto modo, mantenía el espíritu de esa época.
La conozco por dentro por haber estado con un amigo (Hinojosa) cuyo padre era
el “encargado”. La fábrica tiene anejo un bloque donde vivía el personal
encargado de su funcionamiento. Situada en la carretera de Villaspesa, junto a una acequia que toma las aguas del
Turia, ha molido trigo por miles y miles de toneladas. En su última época,
cuando ya se estaba quedando obsoleta, trabajó a destajo y cuando se estropeó
definitivamente los amos no invirtieron ya en repararla. Ahora está en venta. Fábrica,
casa y almacenes son de considerables proporciones. El estilo arquitectónico,
aunque sin catalogar, podría incluirse en la tendencia del modernismo. Si no se
le da una utilidad pronto, su deterioro es progresivo.
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De izquierda a derecha: bloque de viviendas, fábrica y almacén de granos.
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Casa (i) y fábrica (d).
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El agua, que hacía de fuerza motriz para la molienda. La acequia es propiedad de la harinera y el Ayuntamiento de Teruel quiere cubrirla.
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A la derecha, los viveros de Daniel.
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