VENDEDORES
AMBULANTES DE DIARIOS Y PERIÓDICOS
*
Era costumbre
generalizada, al menos en las grandes ciudades, ver a los niños pobres vender
diarios por la calle. La semana del
modernismo nos ha traído el recuerdo de aquellos principios del siglo XX con
sus penurias. En aquella época, a pesar de haber escuelas, pocos niños iban a
ellas por la necesidad de ayudar económicamente a sus padres. Baste recordar
que hasta mediados del siglo XX no se llega a ganar la batalla del
analfabetismo en España. Sin embargo en el siglo XIX hay una efervescencia de
diarios y periódicos. En este siglo nacen los partidos, la política popular y la
necesidad de llevar cada uno sus ideas a la mayor cantidad de gente posible.
Así nacen los “carasoles” en los que una persona letrada ( que sabe leer) lee el
periódico a toda la concurrencia que hace trabajos manuales. Los vendedores
ambulantes de periódicos, a pesar de ser analfabetos (en su mayoría) cumplían
la noble tarea social de iluminar las mentes de la gente con las nuevas ideas
renovadoras que trajo el liberalismo. Ejemplo de esto último fue El Centinela
de Aragón, editado en Teruel por Víctor Santos Pruneda Soriano y que dio como
fruto la Gloriosa o revolución de 1868.
EL HERALDO DE
ARAGÓN
GEA: “Pero en el fin del siglo los acontecimientos de más trascendencia son la aparición del Heraldo de Aragón (1895) y el nacimiento en 1901 de El Noticiero. El Heraldo es fundado como periódico «liberal independiente» por Luis Montestruc y al año siguiente lo vende a Antonio Motos Martínez, que ha repatriado capital indiano desde su estancia en Filipinas. El Heraldo, desde sus primeros años busca y consigue un público amplio, cubre el ámbito regional, es pionero en modernizaciones técnicas (teléfono, rotativa en 1908, suplementos dominicales, doble edición hasta 1915 de mañana y de tarde) y alcanza tiradas de 35.000 ejemplares en 1920. Empresa familiar, cuida estrictamente la profesionalidad e incorpora a las mejores figuras del periodismo: Sixto Celorrio, José García Mercadal, colaboraciones de Cajal, Costa, Paraíso, Cavia, etc. José Valenzuela de la Rosa, director desde 1906, compra el Diario de Avisos en 1912, y el Heraldo se convierte en el primer periódico regional y, por su continuidad hasta hoy, es el decano de la prensa aragonesa.”