Esta mañana del lunes 1 de marzo, hemos presenciado una
escena en la plaza del Torico, con las palomas,
muy semejante a la vivida en la película Los Pájaros de Alfred Hitchcock.
Sin ningún pudor y, con un apetito más que voraz, se lanzaban sobre las mesas
de las terrazas para comerse la bollería que sirven con el café con leche a los
clientes. Inútil era espantarlas pues, al parecer, están acostumbradas a esta
práctica ya que la clientela no las espanta. Podría ser soportable si solamente
hubiese alguna, pero cuando llegan en bandada son temibles y no se asustan por
nada. Finalmente tienes que echarles la comida lejos para que abandonen tu
mesa. Sería de desear que le Ayuntamiento controlara la población para que su
número sea asumible.
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