LOS BIENES DE LAS PARROQUIAS
ORIENTALES DE ARAGÓN
( A Dios lo que es de Dios y, a Aragón, lo que es de Aragón)
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En principio este es un asunto que
podría entenderse como interno de la Iglesia Católica pero que, sin embargo, se
ha convertido en un asunto político y jurídico. Todo comenzó cuando la Iglesia
determinó que los límites eclesiásticos deberían coincidir con los políticos.
Por esa razón unas cuantas parroquias aragonesas que pertenecían al obispado de
Lérida quedaron del lado aragonés. El obispo de Lérida cedió las parroquias,
pero no los bienes sacros muebles y de gran valor artístico (ocho millones de
euros).
El obispo de Lérida, para impedir que
esos bienes volvieran a Aragón creó un patronato con el Museo de Lérida y la
Generalitat Catalana. Una estrategia urdida con bienes que no eran de su
propiedad (pecado de simonía).
La resolución del conflicto se ha llevado
a cabo en dos niveles. Primero, a nivel eclesiástico. El “Vaticano” ya
dictaminó en su día que los bienes pertenecían a las parroquias aragonesas (no podía
ser de otra manera).
El segundo nivel ha sido el juicio
civil. Dado que el obispo de Lérida creó un patronato o fundación el asunto
cobró tintes políticos. La Generalitat
Catalana se oponía (y se opone) con todas sus fuerzas a la devolución de los bienes aragoneses.
Finalmente las sentencias judiciales
han resuelto un asunto que ahora parece “lógico”, pero que nadie tenía por
seguro, dada la potencia política de Cataluña frente al complejo de
inferioridad aragonés.
Desde Miscelánea Turolense siempre
hemos defendido, como no podía ser de otra manera, la vuelta de los bienes. Sin
embargo no las teníamos todas con nosotros. Ahora que el proceso ha finalizado
y falta poco para que la totalidad de las obras vuelva a sus legítimos
propietarios, nos felicitamos porque la JUSTICIA haya triunfado. Y esto es muy
importante en un estado de derecho.
Así que podemos decir:
A DIOS LO QUE
ES DE DIOS Y, A ARAGÓN, LO QUE ES DE ARAGÓN.