HUMILDE BARRO
La cerámica es un invento del hombre producido hace 19.000 años en China. Antes de que existiera la cerámica es evidente que existieron sus componentes, el agua y la tierra, que mezclados formaron el barro. Una vez hecho el barro, el hombre primitivo, quizá por casualidad o intencionadamente lo dejó caer en el fuego. El resultado es lo que los italianos llaman con acierto la tierra cocida o terracota. El primer resultado fue sorprendente. El barro sacado de la hoguera era duro como la piedra, era ya resistente al fuego y preservaba de la humedad la semillas y otros alimentos. Desde entonces se pudieron guardar con seguridad las semillas hasta la época de la siembra, sin que germinaran prematuramente en la humedad de la cueva. Estos primeros cuencos de barro eran verdaderamente útiles, para cocinar, para guardar el agua y para conservar semillas y otros alimentos de la humedad o de los insectos. El invento, con el tiempo, un tiempo prehistórico, se expandió por todo el mundo y es uno de los grandes avances de la humanidad. Hoy día, la cerámica, la tierra cocida, está en los planes de la conquista del espacio. Y es barro, humilde barro.