Saliendo de la ciudad amurallada por el portal de Valencia se llega a la Rambla a través de la Cuesta de la Mona. Las fiestas de San Antón que se celebran este fin de semana no tienen nada que envidiar a las de cualquier población de la provincia en verano. Visitar al Santo y bendecir a los animales es un rito al que acuden buena parte de la población turolense. Pero, el punto álgido de la fiesta tienen lugar con el encendido de la tradicional hoguera. La parte profana se desarrolla en la carpa situada en medio de la Rambla y entre los dos viaductos: Música y alcohol, por resumir.
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La ermita, situada al costado de la antigua carretera de Teruel a Sagunto, es la referencia más precisa de la fiesta, antigua y popular. Una fiesta que ha perdido algunos elementos esenciales como la torta de cañamones y la rifa del cerdo.
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En Aragón llamamos San Antón a San Antonio Abad (uno de los santos barbudos), para distinguirlo de otros santos con el mismo nombre, por ejemplo, San Antonio de Padua.
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