El bautizo de sangre de Santa
Emerenciana.- Una hermana adoptiva de Santa Inés, la virgen Emerentiana,
mientras aún era catecúmeno, derramó lágrimas en la tumba de su amiga que
acababa de ser martirizada. Algunos paganos se burlaron de su pena. Ella, llena
de la divina virtud de la cual Jesús es la fuente, reprochó a los idólatras su
crueldad hacia Agnes, y ellos, en su furia, la apedrearon en esa misma tumba. Bautizada
en su propia sangre, se unió para siempre a su hermana (alrededor del año 304).
Baptisterio de la parroquia de Santa Emerenciana en Teruel (Ensanche). Aparece pintada la figura de la santa hermana adoptiva de santa Inés.
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