Tras la conquista de Zaragoza por Alfonso I el Batallador en el año 1118 los Almorávides reaccionan y contraatacan organizándose desde Molina; se daría la famosa batalla de Cutanda (año 1120). Consciente el Batallador de la situación estratégica de la ciudad y sabiendo de donde le veía el peligro, establece una red de castillos, propios o con ayuda de la Iglesia, que prevengan un nuevo ataque sobre Saracosta. Alfonso I conquista o deja planteadas la estrategia defensiva de Zaragoza con las siguientes plazas: Soria, Catatayúd, Molina (de Aragón), Monreal (ahora, del Campo), Cutanda (del Arzobispo), Huesa del Común (Peñaflor), Montalbán (orden de Santiago), Albalate (del Arzobispo), Alcañiz año 1124 (para la orden de Calatrava) y Valderrobles (también del Arzobispo).
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CASTILLO DE PEÑAFLOR
HUESA DEL COMÚN