EL VINO DE CARIÑENA
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En varias ocasiones hemos hablado de la problemática del vino de Cariñena desde la perspectiva histórica analizando los avatares de esta importante área de producción vitivinícola. Desde la época celtibero-romana hasta finales del siglo XIX la vid fue un cultivo muy extendido en España y particularmente en Cariñena. Su cultivo y elaboración estaba sujeto a las prácticas tradicionales y no ofrecía mayores problemas. Fue, sin embargo, con la llegada de la filoxera cuando la situación cambia radicalmente. Cariñena recibe en 1909 el título de ciudad de manos de Alfonso XIII por haber combatido con eficacia esta plaga endémica de las vides americanas.
Las nuevas vides de pie americano deben injertarse y se hace el injerto, mayoritariamente, con garnacha. La garnacha es una cepa depredadora que produce mucha uva y mucho grado, sin embargo, la calidad es mala. Por esa razón debe venderse a granel, particularmente a Francia que la ha usado como base de la composición de sus vinos. Cariñena pierde mercados y gana en dependencia. La descapitalización de los viticultores es progresiva y tras la guerra civil (36-39) se les ofrece incorporarse al sistema cooperativo. La cooperativa es un salto cualitativo y le ofrece al agricultor la posibilidad de elaborar mejor sus vinos y de almacenarlos hasta que venga el comprador.
Esta situación no ha cambiado básicamente desde estas últimas fechas. Las cooperativas no han sabido dar el paso o los pasos necesarios para transformar sus vinos y obtener mayor renta.
El último accidente en la cooperativa de Paniza pone en evidencia la problemática que acarrea el sistema cooperativo y el vino en general, en toda la zona.
Las tareas que tiene pendiente la zona de Denominación de Origen Cariñena se pueden resumir en tres:
El primer lugar la CALIDAD reduciendo previamente la cantidad de uva por cepa.
En segundo lugar el MERCADO, la creación de una cartera de clientes propia y de una cadena de distribución al por menor.
Y, en tercer lugar, aumentar el gasto en tecnología y medidas de SEGURIDAD.
Librarse de la DEPENDENCIA es una tarea prioritaria para no tener que tirar miles y miles de litros de vino al río Frasno.
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