Tras la aprobación de la Constitución
Española de 1978 se produjo la progresiva constitución de las Comunidades
Autónomas. La justificación de su existencia radicaba en su diversidad. A tal
efecto, se recurrió a la historia como
método. Por esta razón la historiografía como rama de la ciencia y del saber
humano, tomó protagonismo y, aún lo tiene. Era preciso llevar a todas las capas
sociales y niveles educativos estos conocimientos que justifican la
constitución de una comunidad diferenciada. El peligro está en la posibilidad
de “pasarte de frenada” de superlativizar los hechos y de llegar a la idea de
constituir un Estado independiente (Cataluña, por ejemplo).
No es, de momento, el caso de Aragón,
aunque sí que hay ya varios partidos independentistas asomando el morro. Por
ello, la historia contada debe ser clara y rigurosa. Dejarnos llevar por las
emociones puede traer malas/penosas consecuencias.
Este libro que presentamos, bien
construido para niños, tiene forma de cómic y ofrece una historia de Aragón adecuada
a la edad del lector. Es una historia, en lo que hemos podido apreciar, que en
nada exagera ni tergiversa los hechos hasta la fecha contrastados.
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