EL LUCERO
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Lo dice, escuetamente, Rafael Andolz
en la cuarta acepción de su Diccionario aragonés. Lucero.- Electricista. Y dice
la RAE que, electricista es: 1. adj. Dicho de una persona: Experta en
aplicaciones técnicas y mecánicas de la electricidad. Ingeniero, perito
electricista. 2. m. y f. Persona especializada en instalaciones eléctricas.
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Pero, para nuestra generación, desde
niños, lucero era la persona encargada de echar o dar la luz en el pueblo. Como no había luz
eléctrica durante el día, al ponerse el sol, el lucero, si no tenía otra faena
más precisa, se acercaba al transformador de la luz y dándole a una misteriosa
palanca ponía en marcha el fluido eléctrico. Entonces se encendía una única y
solitaria bombilla en la cocina de mi casa. El resto de la casa no tenía luz eléctrica y, para ver, nos arreglábamos con carburos y candiles. Pasó el tiempo y vi como mi
madre le ponía un accesorio al portalámparas y, en él, enchufaba la plancha
eléctrica. Aquello ya fue un gran avance. Luego, pasado otro largo espacio de tiempo, se
llevó la luz a todas las habitaciones menos a la cuadra y la bodega y, finalmente,
hubo luz durante el día y durante la noche.
Un día de verano hubo una gran tormenta, el
lucero fue a quitar la luz al transformador y entonces le cayó un rayo y lo
mató. Para nosotros, para los niños del lugar, ser lucero era un trabajo misterioso y sumamente
peligroso. Tal era así, que de las múltiple fechorías que a menudo hacíamos en
el pueblo, jamás se nos ocurrió ni tan siquiera acercarnos al transformador de la
luz. Aquella placa puesta en la puerta con la silueta de un hombre, sobre el
que le caía un rayo negro, era suficiente advertencia para nosotros.
Luego hemos visto como la luz, la
electricidad, ha sido el motor que ha movido el mundo y lo mueve cada día más.
Si acaso hoy día, se va la luz unos minutos, el desasosiego y la zozobra cunde
entre nosotros. Deja de funcionar la televisión, el frigorífico, el teléfono
fijo… y un sinfín de aparatos. Cogemos el móvil y empezamos a llamar a diestro
y siniestro. Se nos hace imposible vivir sin luz. Pero, qué ha sido del señor
que nos daba la luz… No, no ha desaparecido. Ahora las maquinas lo hacen casi todo,
pero, cuando hay una avería y “el sistema se viene abajo”, entonces, el LUCERO,
sube y baja las palancas, entra en el ordenador, llama por el móvil y trata de ECHARNOS, de nuevo, LUZ. La luz, para entonces, nos venía de Aliaga. Y, ahora, ¿de dónde nos viene la luz? Esto, parece ser un misterio. Dicen que REE
(Red Eléctrica Española) está intercomunicada con otros países, principalmente
Francia y, que si a nosotros nos falta LUZ, que ellos nos la mandan y viceversa…
pero que, casi siempre, es lo primero.
No olvidamos que, Aliaga, ha
sido famosa por su Central Eléctrica, una Central hace ya mucho tiempo fue desmantelada. Y que, en torno a esa industria, a ese ingenio, se desarrolló y
vivió todo un pueblo y toda una cultura. Una cultura que la gente joven trata
de mantener y para ello, hasta hacen unas camisetas con las palabras que se ven
aquí abajo y, también, esos mismos jóvenes, nos muestran los valores que tiene la naturaleza en la
que viven, una naturaleza impresionante.
Aliaga es digna de visitarse, de
conocer su historia, su patrimonio y su cultura centenaria.
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Cultura
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Patrimonio natural
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