ESPAÑA VERSUS CATALUÑA
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Muy a menudo se queja un buen número
de gente de lo favorecida que ha sido Cataluña, particularmente, durante todo
el siglo XX de la historia de España. A Cataluña se ha llevado la industria, el
capital, las gentes y los medios de comunicación. Cataluña fue muy favorecida
con el Franquismo… Etc. Etc. No les falta razón a quienes de esta forma se
expresan, sin embargo, a nuestro entender el problema es mucho más complicado y
tiene que ver con todo el proceso que ha dado como resultado final un modelo de
España, pobre en su interior y, rica en su periferia.
El punto de partida es el contrario.
Hasta el siglo XVIII la España periférica era pobre, si exceptuamos, algunas
plazas portuarias bien defendidas. Una de estas plazas era Barcelona con un
potente puerto ya desde la Edad Media y con un desarrollo industria en torno a
dicho puerto. Baste decir que la primera huelga general que se produce en
España (siglo XIX) se realiza sólo en Barcelona y su área industrial.
Pero, ¿por qué la España interior
acabó pobre, descapitalizada y despoblada?
Todo tiene que ver con el cambio
económico que se produce en el siglo XIX, las guerras civiles, la
descapitalización y otros males menores.
Uno de los elementos en los que nos
hemos de fijar en el CACIQUISMO. Tan abundante en la España interior y tan
denunciado por Joaquín Costa. Muchas veces hemos dicho que el caciquismo es
mediocre y empobrecedor. Baste fijarse en su “modus operandi”. A medida que el
precio de la lana baja y de que muchas rutas comerciales empiezan a romperse,
la economía tiene que reorientar su sentido. Si antes la oveja iba al pasto,
ahora, cuando toma pujanza la agricultura, la lluvia tiene que llegar al
sembrado, de lo contrario hay carestía y empobrecimiento. Lo primero que ve el
cacique /terrateniente es que en una economía tan pobre no puede haber
competencia. Por esa razón debe tener toda la mano de obra a su disposición y
al precio que él establezca. El es además el que más puede resistir la
situación y en todo caso será el último en marcharse. El cacique no quiere
INDUSTRIAS, ni CARRETERAS y sí, por el contrario, el control del medio en que
vive.
Además de todas estas
circunstancias desde principios del
siglo XIX se está produciendo un boom demográfico debido a las medidas
higiénico-sanitarias que se están aplicando. De esta forma comienza una pesadilla
para las gentes del interior: LA EMIGRACIÓN.
Hasta mediados del siglo XIX las
costas españolas estaban asediadas por los piratas otomanos, pero,
progresivamente, esta presión se reduce y la periferia va tomando poder
económico.
El caciquismo produce un efecto
perverso de cara a la formación de capitales. Al emigrar la población y, la que
queda, tener un nivel de rentas ínfimo, no hay ahorro. Sin capitalización no se
pueden emprender proyectos industriales importantes y de hecho no se producen.
Ejemplos: en Zaragoza la primera gran
empresa es MFU (Minas y ferrocarriles de Utrillas) la empresa se forma en el
casino de Zaragoza con el dinero de familias ricas. Pero esto no podía seguir
así que, para el siguiente caso, el de las Azucareras, ya se monta un banco, el
Banco de Aragón que recoge para la inversión el dinero del ahorro popular. Para
esas fechas, Teruel ya no puede alcanzar un nivel de ahorro suficiente para
emprendes el desarrollo propio. Vendrán de fuera a explotar nuestros recursos.
El carbón de Utrillas, Zaragoza y, el hierro de Ojos Negros, los vascos (de la
Sota y Aznar). Para la II República la Banca Garzarán intenta un proyecto de
Azucarera que queda en nada.
Todo este proceso empobrecedor
culmina tras la Guerra Civil (36-39). La industria de mano del INI se instala
en Cataluña y País Vasco, lugares propicios y que no ponen ningún inconveniente.
Los caciques ya habían negociado con
Franco el precio de su apoyo en la Guerra Civil (36-39). Se trataba de, por
primera vez, ponerle un precio al trigo. En las provincias del interior de
España, el cargo político de más peso es el de: JEFE PROVINCIAL DEL SERVICIO NACIONAL DEL TRIGO.
Cuando se hacen polígonos
industriales, ver el de Teruel por ejemplo, lo controlan los caciques y su
desarrollo no va más allá de instalar sus almacenes comerciales o sus talleres.
Mientras Barcelona y País vasco crecían. Madrid, como capital
política de España, recibía mucha emigración también, pero para el sector servicios.
Ahora en la España interior se pide
industria, pero ya no hay. La industria está en China. En estos momentos la
disputa está en el control de la LOGÍSTICA. Aquí, Teruel y la España interior tienen
muy malas comunicaciones y escasa población. Por lo que su desarrollo se
realizará de nuevo en las áreas que han sido industrializadas y en las que
reside la mayor parte de población en España.
Cataluña abrió sus brazos a la
industrialización, con Franco y sin Franco y ahora queremos hacer retroceder el
juego a la primera casilla de salida… pero, ¡YA NO ES POSIBLE!
Cataluña tiene la sensación (seguro
que equivocada) de que está trabajando y produciendo para el resto de España y
que ellos solos podrían vivir mucho mejor.
España es el resultado de sus
avatares históricos. Cada región tiene su peculiaridad. El Teruel lo vemos con
total claridad, en cada pueblo viven los que puede soportar la tierra con
cierta dignidad (dos o tres familias). La repoblación ya no es posible y,
menos, la industrialización. Todo ha sido el resultado de una dinámica caciquil
sobre la que los distintos gobiernos nunca pusieron ningún empeño en modelar.
El capitalismo se inicia en España a
principios del siglo XX. Para esas fechas, Teruel, ya tenía su suerte echada.
Véase el saldo migratorio de la provincia a principios del siglo XX, estos
datos son suficientemente aleccionadores.
Pensar que los catalanes son los
causantes de todos los males que padecemos es, desde luego, un gran error. Pero, también debemos ser conscientes de las mutuas dependencias entre España y Cataluña y que en el futuro estamos condenados a vivir juntos: Ríos comunes. Canales comunes (Aragón y Cataluña). Fronteras regionales. Lazos culturales y económicos, pero sobre todo, de sangre.
Desde que Ramón Berenguer (conde) casa con doña Petronila (reina de Aragón)... estamos condenados a entendernos.