Mañana del día 3 de julio del
2013. La ciudad se despierta con una actividad inusitada. Operarios y grúas
montan las carpas. Camiones del reparto descargan las barras de las peñas.
Muchas tiendas ya están chapando los escaparates. Es miércoles y hasta el
viernes no empieza (teóricamente) la
movida. Aquí cuadra la frase Vaquillera que alerta para que “no nos pille el toro”.
Los jardines y fuentes o están retirados unos o está valladas otras. No sale,
sin embargo, de la rutina el campanico de la Catedral. El campanico del
Ayuntamiento espera con todos los pendones puestos en su fachada el inicio de
la fiesta y, por un momento, ser protagonista desde lo alto del tejado.
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